La epidemia se dispara entre las féminas, que casi igualan a los hombres contagiados
El sida sigue sin tocar techo y alcanza la cifra de 40 millones de afectados
Las mujeres tienen hasta tres veces más de posibilidades de contraer el virus del VIH
La propagación del sida todavía no conoce techo. El número de infectados, pese a la extensión de los retrovirales y la promoción de las medidas de prevención, alcanzó este año un nuevo récord para situarse en 39,4 millones de personas, casi tres más que hace dos años. La pandemia, que el pasado año se cobró la vida de 3,1 millones de personas e incorporó a casi cinco a la macabra relación de contagiados, no sólo no está controlada, sino que activa nuevas alarmas. En el centro de la diana del riesgo se sitúan ahora las mujeres, a las que Onusida, el organismo de la ONU sobre la enfermedad, dedica una atención especial en su último informe sobre la situación, presentado ayer. Esta alarma se justifica con los datos: las mujeres están cada vez más afectadas por la enfermedad, hasta el punto de que en la actualidad constituyen cerca de la mitad de los 37,2 millones de adultos (15- 49 años) que la padecen. Debido a sus características biológicas, las mujeres son físicamente más vulnerables a la infección por el VIH, ya que tienen entre dos y tres veces más posibilidades de contagio. Agresiones sexuales A este factor de riesgo natural se unen las agresiones sexuales, la dependencia emocional y económica del varón o su posición de inferioridad para decidir sobre el uso del preservativo. Pero en algunos países pobres la opresión de la mujer es de tal calibre que el uso del condón es una utopía. De ahí que la única esperanza para atajar el sida en las mujeres en esas regiones deprimidas sea el desarrollo del preservativo femenino y los microbicidas avaginales, un método que la ONU pretende extender en un plazo de entre 5 y 7 años. El panorama es especialmente perturbador en el África subs-ahariana y el Caribe, donde el porcentaje de mujeres contagiadas se eleva al 57%. Por contra, en los países occidentales, aunque también se ha generalizado este fenómeno, los hombres siguen siendo las principales víctimas buena parte porque el patrón dominante de la transmisión sigue asociado al consumo de drogas. España es un buen ejemplo de ello, ya que el 80% de los casos diagnosticados el pasado año se corresponden con varones. Casi la mitad de los 2.190 nuevos casos de sida que se registraron el pasado año en España se produjeron por compartir material para la inyección de drogas.