Serenatas Richard y Flaviano

Fuera, una niebla atosigante oprimía ayer la cafetería del parque del Temple de Ponferrada. Dentro, dos guitarras sonaban y se escuchaba cantar: «Agárrate fuerte a mí María, agárrate fuerte a mí, que esta noche es la más fría y no consigo dormir; agárrate fuerte a mí, que tengo miedo y no tengo donde ir» . Eran las gargantas de Richard y Flaviano, del grupo Los Templarios II, que se llaman así porque comenzaron doce y quedaron dos. Acaban de grabar un disco en dos tardes, -de cuatro a ocho-; en dos escapadas en coche a un estudio de La Coruña. Le han puesto por título Tras la estela de Compay , con el que estuvieron en Cuba. Aunque, paradojas del destino, en este trabajo discográfico no figura ninguna de sus canciones, ni tan siquiera versionada. Richard y Flaviano gestaron este disco, que ahora llaman CD, en una noche de ron, a la luz de la luna gallega, sobre un yate en fiestas. Una señora de Boston, de la que sólo recuerdan el nombre de Isabel, quedó prendada y les animó a grabar. Quería llevarlos para Estados Unidos, pero como no podía, pensó que la mejor forma era hacerlo enlatándolos en un disco. Ahora ve la luz, con homenajes a estilos musicales eclépticos: música de Los Secretos, haciendo cama con habaneras o rancheras mexicanas. Y con estos loas a la canción española de siempre, no podían faltar tampoco las serenatas. Richard y Flaviano cruzarán el charco Atlántico y recalarán el 4 de diciembre en Nueva York. Esperan reunirse con el alcalde de esta megápolis e incluso estar en la Casa Blanca, quizás para ir allanando el camino a Zapatero, ironizaban. Estarán de gira hasta el 20 de diciembre. A cuestas con la canción española.