CRÉMER CONTRA CRÉMER
Nuestros perros
MUCHO QUIERO a los niños, a los árboles, a las plantas con flores a las estupendas señoras de mi barrio y a unas chicas bellísimas empeñadas en que los habitantes de Tanzania se laven mientras comen. En el findo, como diría el poeta, la gente es buena, todavía. Y esto queda refrendado por las Cortes de Castilla y León, la cual aprobó días pasados una proposición no de ley propuesta por uno de los grupos mas activos y mayoritarios, por la que se invita a la Junta de la misma Castilla y del mismo León a que realice todas aquellas gestiones que fueran necesarias para que León, este León que algunos dudan de que exista realmente, acoja el registro nacional genealógico del mastín español, a través de la Sociedad Canina Leonesa». Y oiga, lo declaro para general conocimiento y demás efectos, la noticia me conmovió profundamente. Declaro que soy un sentimental y reitero mi admiración por todos los perros, sean estos mastines o perdigueros. Y conocer que nada menos que el pleno de las Cortes de Castilla y León, no siempre sensible a las exigencias de este enclave, ha decidido por una vez y sin que sirva de precedentes recordar que León existe y que es de justicia atender sus necesidades, me ha sorprendido y me ha conmovido. ¡A ver si de una vez, las dichas Cortes y la no menos dicha Junta se dan cuenta de que para llevarnos bien, para entendernos y amarnos es menester atendernos con la misma generosidad por ejemplo con que se cubren exigencias de otros centros sociales tan necesitados acaso como nosotros. Y esto de cedernos libremente, si presiones ni influencias que se nos atribuya nada menos que el registro nacional genealógico del mastín español, es para vibrar de gratitud y repetir aquello de Lorca: «Aleluya, aleluya de los vientres bajo la camisa». Porque el evento es como ser registrado en los anales de todas las historias. Y aquí punto y aparte, para reproducir otra noticia que en cierto modo podría servirnos para establecer comparaciones, que nuca son odiosas, cuando no son ociosas. Por ejemplo: La multinacional Siemens tiene previsto concentrar en sus talleres de Renfe, en Valladolid, naturalmente, el montaje de sus trenes de Alta Velocidad en España». Lo que inevitablemente nos lleva a meditar sobre el despojo que de estos o de los otros talleres de la Renfe se nos viene haciendo desde hace ya mas de un siglo. Y sin ánimo de enzarzar debates inútiles, pregunta el común de vecinos: ¿Qué delito cometimos contra vosotros naciendo? Ya sé que este interrogante se le ocurrió antes a Don Pedro Calderón de la Barca. Pero no nos es posible evitar entender que estas diferencias inevitablemente nos llevan a una cierta forma de sentimiento rencorosillo, por cuanto parece como si el establecimiento en León del Registro del perro mastín pudiera compensarnos la paulatina y segura erradicación de talleres como, por ejemplo, ya sabemos que es un decir, los dedicados al atendimiento de trenes de alta y de baja velocidad.