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LA MENTIRA tiene su escaño, campa con patente parlamentaria o de corso, se arrellana en el congreso norteamericano y se sienta en despacho oval, se coloca estrellas de general y habla por boca de un fusil ametrallador, actúa como comisaria de investigación, se viste de concejal cazurro... la mentira tiene un trono en la Bolsa, pone una vela al dios de los negocios y otras tres a los diablos de la estafa, se viste de jurado en un premio, calza botas de siete leguas y corre más que nadie, preside homenajes, entierros y la mayor parte de las bodas, se pone medias de malla de periodista braguetera, infla pollas con truco fotográfico o se convierte en silicona inventando la teta de goma... la mentira hace encuestas, borda informes, cose pactos, lava dineros y evidencias, friega la sangre del suelo, barre bajo alfombras, repinta hasta tres veces las paredes que se empeñan en hablar, escribe libros, entierra memorias, consensúa acuerdos, participa en comisiones, cobra dietas, dirige agencias, es jefa de gabinetes de prensa y propaganda... la mentira duerme en un libro de historia y se levanta vestida de nacionalista, teje banderas, engrasa blindados, cocina gobiernos, mata a niños de hambre, nos viste de triunfos y armanis, organiza tómbolas y caridades, se sube a un púlpito, se baja las cabañas del delito, juega a la lotería, rompe barajas, levanta fábricas de cultivos hidropónicos o museos de caza, es pastelera en hemiciclos y estofa pochando cebolla en tribunales... la mentira tiene cojera de lobo, dolencia de sindicalista y carraspera de patrón, es levadura de la apariencia, salsa de himnos y postre de cualquier discurso, usa bragas sin costuras, vuela en primera clase, toma prozac, compra políticos, vende motos y alquila conciencias, come virutas de dogma, bebe vino de marca y caga sentencias, se pinta los ojos de arco iris, se maquilla como un retablo y cuando enseña el culo dice que son dos ubres... la mentira se estira, se enrosca, se agazapa, repta, cambia de sexo, baila un chotis agarrado sobre la superficie de un euro, canta marchas militares, habla en telediarios o murmura a la oreja, halaga, enmierda, da lecciones, se sube a las nubes meando desde allí para que los tontos crean en el maná... Y lo más trágico: cuando una mentira dice otra mentira, sale una verdad. En ella estamos. Así que... tranquilos.