Allí se pronunció una oración fúnebre, dirigida por el jeque Mohamed Sayyed Tantaui, rector de Al Azhar, la más alta autoridad sunita.
En la mezquita se congregaron decenas de dirigentes y personalidades del mundo entero.
La ceremonia duró pocos minutos. Instantes después, el presidente egipcio, Hosni Mubarak y otros líderes se concentraron en el «siwan», una carpa colorista y llena de las alfombras que se instala en los funerales árabes para expresar las condolencias.
La cureña tirada por seis caballos negros comenzó a desfilar entre himnos militares, escoltado por la guardia nacional, y seguido por las delegaciones internacionales llegadas a El Cairo para rendir a Arafat su último tributo.
Un militar portó un panel en el que relucían las medallas militares ganadas por Arafat durante su legendaria vida.
Un militar portó un panel en el que relucían las medallas militares ganadas por Arafat durante su legendaria vida.
Presidían la comitiva, el primer ministro palestino, Ahmed Qurea y el nuevo líder de la Organización para Liberación de Palestina, Abu Abbas.
En la imagen vemos al presidente sirio, Bashar Assad, junto a su homólogo libanés, Emile Lahoud.
Otra de las autoridades que quiso rendir un último adiós al «rais» fue el rey de Jordania, Abdullah II.
Tras unos 200 metros, la cureña y el cortejo llegaron a la puerta de la base aérea de Al-Maza.
Allí esperaban en un coche con los cristales tintados Soha, la mujer de Arafat, y su hijo.