Tony Blair acepta presionar al Gobierno norteamericano para que respete el protocolo de Kioto
La noticia llegó muy pronto hasta los oídos de los más de 5.000 participantes a la décima Convención sobre Cambio Climático, que se desarrolla en Buenos Aires, y fue recibida con verdadero optimismo. Desde Londres, el premier británico Tony Blair aseguró que presionará al Gobierno norteamericano de George W. Bush para que reduzca las emisiones de gases que provocan el llamado efecto invernadero, a pesar de la negativa de Washington de firmar el Protocolo de Kioto. Blair había declarado en los últimos días que el problema del cambio climático será su primer prioridad, cuando el país asuma el próximo años la presidencia del grupo de países más industrializados del G-8, y de la Unión Europea. A pesar de estas intenciones, Blair no buscará la creación de un tratado bipartito con Estados Unidos para reducir las emisiones de gases como el dióxido de carbono. Para algunos observadores, esta presión de Blair sería el primer paso para intentar que Bush firme el Protocolo de Kioto. El propio Blair habría dicho esta semana en una reunión secreta en Downing Street con el senador norteamericano John McCain, que la decisión de Estados Unidos de permanecer fuera de sus responsabilidades ambientalistas, «está amenazando la determinación de otros países para reducir las emisiones de dióxido de carbono». Otra de las noticias del congreso sobre el cambio climático que se celebra en Buenos Aires es que Yvo de Boer, jefe de la delegación de la Unión Europea en esta convención, se mostró entusiasmado con una propuesta de Argentina para comenzar lo antes posible a debatir qué medidas deberán tomarse cuando llegue a su fin el Protocolo de Kioto, en 2012. El funcionario señaló que hubo un «cambio en la atmósfera» de la cumbre luego de que Rusia ratificara el Protocolo de Kioto, gracias a lo cual este documento entrará en vigor en febrero de 2005. De Boer confirmó que uno de los objetivos de esta convención es debatir cuándo se van a iniciar las conversaciones sobre lo que va a pasar después de 2012. En Argentina, tres empresas petroleras, Shell, Repsol YPF y Capex, y una compañía dedicada a la fabricación de aluminio, Aluar, desarrollaron proyectos de reducción de emisiones de dióxido de carbono que pueden convertirse en un negocio a partir de la entrada en vigor del Protocolo de Kioto en febrero.