La nanotecnología revolucionará la medicina y la informática

Lo que en principio comenzó siendo una utilidad tecnológica buscada por la comodidad que suponía (se trataba de conseguir el menor tamaño posible en cámaras, ordenadores, calculadoras, etcétera) ha pasado a ser una herramienta de incalculables utilidades. La nanotecnología es la ciencia que trata de minúsculas partículas de menos de una millonésima de milímetro, más pequeñas que un grano de polvos de talco. Con ellas se podrían conseguir memorias de ordenador miles de veces más potentes que las actuales o medicamentos que se dirigieran con precisión contra las células cancerosas, baterías de teléfonos móviles que durarían años y pilas de hidrógeno con las que funcionarían los automóviles. El profesor de nanociencia de la universidad de Leicester, Chris Binns, explica algunos de los proyectos que está desarrollando su equipo: «Nuestra principal investigación se dirige a las propiedades de nanopartículas que tienen entre 10 y 1.000 átomos y que miden uno o dos nanómetros (millonésimas de milímetro). Lo interesante de estas partículas es que nos muestran cómo se creó la materia y cómo cambian sus propiedades según el número de átomos que tenga cada molécula. Las moléculas tienen propiedades distintas a los átomos y podemos crear moléculas que son como átomos artificiales gigantes, cuyas propiedades podemos controlar». Con una importante financiación de la industria de memorias magnéticas, sobre todo de Seagate, los investigadores de Leicester están intentando fabricar un material más magnético que cualquiera de los conocidos hoy. El profesor Binns explica: «El material más magnético que conocemos hoy tiene casi un siglo. Pensamos que las moléculas que estamos creando pueden dar lugar a un material mucho más magnético. Lo que limita hoy las memorias de los ordenadores es el cabezal de escritura, cuya eficacia viene dada por el grado de magnetismo que se crea entre el cabezal y la superficie del disco. Si podemos aumentar ese campo magnético, los discos de ordenador tendrían mucha más capacidad». Pero las aplicaciones de la tecnología van mucho más allá: «Si podemos conseguir eso, podríamos fabricar partículas magnéticas para luchar contra el cáncer, incorporando a ellas anticuerpos y dirigiéndolas directamente a los tumores para que mataran las células cancerosas. Esta es una posibilidad muy interesante, pues con unas partículas microscópicas podríamos llegar a tumores prácticamente invisibles. El médico inyectará a los enfermos esas moléculas y después les hará pasar por una especie de arco magnético que crearía un campo gracias al cual las moléculas serían atraídas hasta las células enfermas y las destruirían».