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Gente de aquí y de allá | Ni un pelo de tonto

Calvas, en el césped nada más

Ramiro, el peluquero de la selección pronuncia esta tarde el pregón de las fiestas de San Esteban en Santas Martas, donde pasó buena parte de los veranos de su niñez

El equipo campeón olímpico de 1992 pasó por sus manos

León

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Se reconoce asturiano a más no poder, y aún tiene todavía la osadía de declararse allerense de nacimiento, gijonés de formación y ovetense de residencia. Buena mezcla. Ramiro Fernández Alonso ha elevado a la categoría de casi ciencia lo que antes fue un oficio recio. Ya no quedan peluqueros. Ahora, las grandes firmas del ramo se dedican a la psicoestética. El asunto es que de niño, muchas veces por obligación, alguna que otra por gusto mal disimulado, el más reconocido de los peluqueros del país en materia de jugadores de fútbol, se dio un garbeo por las llanuras de Santas Martas que como reconoce en sus memorias, quedaba a un tiro de piedra de Mansilla de las Mulas: «A tiru de piedra, si llevas la piedra en el bolsu» decía uno de sus tíos. Y como lo que se tiene se retiene, y había ganas de volver a ver rostro tan gentil, las gentes de la zona han hecho gala de contactos y colegueos varios para dar renombre esta tarde (18.30 en la iglesia del pueblo) al acto del pregón de las fiestas de San Esteban. Por aquello de crear ambiente, el pregonero llega en autobús, con 40 acompañantes y una banda de gaitas, la de «Ciudad de Oviedo», que formaron parte de la decoración musical que acompañó la boda de los por el momento Príncipes de Asturias. Guarda un cariño increíble de su padre, que se fue de forma prematura y le dejó la humildad y la constancia como principales virtudes por herencia. Empezó a pegarse con el Floïd en un local de apenas 20 metros cuadrados y en 1977 pronunció una brillante conferencia en el Hostal de San Marcos en torno a la moda que se empezaba a dibujar en aquel momento y a partir de ahí, se lanzó a una carrera meteórica., que le llevó a la amistad directa con Martín Vázquez (Real Madrid), Sergi (FC Barcelona), Raúl García de Loza (árbitro), Jesús Gil (presidente) y a la selección. Hoy el balón queda a un lado, y la tijera y el peine al otro. Es hora de evocar los tiempos del pasado y a San Esteban.