La Encina guarda sus secretos

La leyenda dice que a la imagen de la Virgen de la Encina que se venera en Ponferrada fue hallada en el hueco de un árbol, a salvo de las correrías de los moros. La leyenda seguirá siéndolo, porque 12 años de trabajo y la lectura de los legajos acumulados en 448 cajas apiladas en el Archivo Histórico Provincial, no le han servido al investigador Juan Diego Rodríguez Cubero para encontrar ningún rastro documental que confirme el hallazgo. Pero Rodríguez Cubero -profesor jubilado que por encargo del Ayuntamiento de Ponferrada ha recopilado documentos sobre el templo y otros edificios emblemáticos como la Casa Consistorial y el Monasterio de San Pedro de Montes- ha podido enterarse de un buen puñado de anécdotas. Ahora sabemos que la guerra de Portugal, que absorbió todos los dineros en época de los Austrias, tanto como una vivienda particular, impidieron ensanchar la basílica en el siglo XVII. O que fue un Conde de Lemos quién promovió su construcción, y el noble caballero legó los suficientes bienes para su mantenimiento que adquirió la potestad de nombrar al rector, algo que acabarían haciendo los ponferradinos por votación y al toque de la campana de la Torre del Reloj. El trabajo de Cubero irá a parar al Archivo Histórico de Ponferrada. Para curiosos e historiadores quedará constancia del litigio que Ponferrada y Astorga mantuvieron en torno a la elección del rector, y de costumbres como la llamada colación del pez, que «obligaba» al dignatario del templo a recibir un pez vivo en bandeja de plata de manos de los munícipes, el Día de Pascua, aunque hubiera quien se negara a comer pescado después de la Cuaresma.