Castilla y León es pionera en certificar su gestión forestal

Castilla y León se ha convertido en la primera Comunidad española en obtener una certificación de la gestión forestal sobre una superficie importante de montes y en poner en el mercado madera certificada. Se trata de una iniciativa desarrollada en la comarca de Pinares de Soria y Burgos, que ha beneficiado a 100.000 hectáreas en montes catalogados de utilidad pública de 37 ayuntamientos. La certificación forestal es un proceso voluntario con el que se pretende controlar la tala y promover una gestión forestal ambientalmente apropiada, socialmente beneficiosa y económicamente viable garantizando la sostenibilidad de los productos de origen forestal como madera, papel, muebles, puertas, estanterías o carbón vegetal. Esta certificación se convierte en el reconocimiento de la gestión ordenada de los montes que en la comarca de Pinares se acerca a los 100 años y en la que tiene especial importancia la vinculación de los vecinos a su patrimonio forestal. En definitiva, se trata de una marca de calidad de la gestión del monte, muy acorde con la creciente conciencia ambiental del ciudadano, añadiendo un compromiso firmado de mejora continua. El hecho de superar la auditoría de certificación garantiza que la madera producida en Tierra de Pinares cumple los estándares recogidos en las normas aprobadas por el Programa para el Reconocimiento de Sistemas de Certificación Forestal, de tal forma que asegure al consumidor que este producto proviene de un bosque cuyos recursos se explotan de forma responsable y sostenible. Certificación forestal La experiencia se ha llevado a cabo por el Centro de Servicios Forestales (Cesefor) y se inició a propuesta de la industria de madera regional, que solicitó de la Consejería de Medio Ambiente una rápida respuesta para poder disponer de madera certificada. La implantación del proceso de certificación en los mercados de madera europeos había provocado que diversas empresas españolas de tableros necesitaran en breve plazo disponer de este tipo de madera para atender sus mercados de exportación. En estos momentos hay tres empresas de la región que ya lo han conseguido y una cuarta que está a punto de hacerlo. Todas ellas están integradas en la Asociación Nacional de Fabricantes de Tableros. De esta manera, Castilla y León ha logrado llevar a cabo una experiencia pionera, integrando los esfuerzos de la industria de la madera, de los ayuntamientos propietarios de montes productores de madera y de la Administración Forestal, que ha permitido mejorar la competitividad de uno de nuestros productos en el cada día más difícil mercado europeo. Monte-industria Con el fin de reforzar los lazos de la cadena monte-industria, cuya integración resulta fundamental para el bienestar de muchos pueblos de comarcas forestales, se ha desarrollado en Navaleno (Soria) una jornada sobre Certificación Forestal presidida por el consejero de Medio Ambiente, Carlos Fernández Carriedo. Tras visitar los trabajos forestales, se colocaron en la Campa de Amogable los primeros tableros fabricados con garantías de sostenibilidad y, posteriormente, se entregaron los diplomas acreditativos a los 37 ayuntamientos que han certificado su madera. Según afirmó el consejero, «aunque la sociedad demanda madera, pide que se produzca de forma sostenible y está demostrado que los ciudadanos están dispuestos a pagar un 10% más si procede de bosques que tengan una certificación de calidad. Además, antes de concluir esta legislatura esperamos que las 500.000 hectáreas de bosques de Castilla y León consigan el Certificado de Gestión Forestal Sostenible».