Aguilando

NO SE PREÑA la princesa, la princesa ¿qué tendrá?, pongamos este supuesto que tarde despejará, ¿y qué va a pasar aquí?... la sucesión se irá al cesto, se hará lady Let firulí, príncipe y reina a la greña, rey y heredero en un tris, príncipe de flor de lis de nuevo tirado a limeñas, a fotógrafas al pesto y a todo ese largo resto de cortesanas-cigüeña o marranas cortesanas que en toda la historia de España repoblaron la Corona viviendo de la patraña o chupando de la maroma. Que nos anuncien un niño, clamaba una lela turba desde Algeciras al Miño, que nos anuncien el niño... o en esa princesa sin curvas, en esa princesa me giño, dijo el tonto en las revistas con voz de un peñafiel pestino o de una braguetón-patiño... que nos muestren a ese niño, flaca y galga princesita, lamida y lorquiana Yerma con cara de infanta enferma, como aquellas pobres mercedes de la vieja canción eterna seguidas de alfonsotreces que iban sin su linterna tras ellas, tristes de sí, merceditas en mortal lecho que jamás dieron el pecho, merceditas languiditas en su tarde sevillana, pues «lo mismo que una lamparita se iba apagando la soberana; y las rosas que había en sus mejillas se le volvieron de porcelana»... ¿dónde va un pueblo sin niño, sin un embarazo en couché?, ¡coño!, que estamos en Navidad y aquí no se ve un aliño, ni siquiera un achupé... achupé, achupé, preñadita me quedé... ni hay en la Zarzuela un Chapí que les componga el cuplé de un natalicio suflé tras un preñao princesí, ay que sí, ay que no, ay el cuento que aún no preñó, ay que no, ay que sí, ay esta tía que no tié tipití.... tipití, tipití. La princesa no se preña ni tampoco las revistas, maldicen los periodistas, cuyos negocios y señas pasan por hacer leña con bujarrones y artistas que degüellan a bautistas o se tiran a las peñas, periodistos, periodistas, chupando de las aceñas en busca de cualquier pista que les convierta en rentistas si la princesa se preña, pues no hay exclusiva pequeña en tocando a estos palacios donde el preñar va despacio porque la lady no es neña. Cantaba la lela plebe este dolido aguinaldo al que llaman aguilando en algún pueblo de sebe donde la tele se bebe y la carne sólo es caldo, aguinaldo de estameña, aguilando de mal saldo si el príncipe no echa un ronaldo y a la princesa no preña.