Diario de León

En sólo 15 años de pesca muchas han sido sobreexplotadas e incluso prácticamente agotadas

Especies de las profundidades se han convertido en objetivo pesquero

Pez reloj, maruca azul, tiburón de profundidad y besugo hermafrodita, entre las más afectadas

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T. Fernández - león
León

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La escasez de las pesquerías tradicionales está provocando que muchas especies de las profundidades marinas se hayan convertido en objetivo de la pesca comercial. El pez reloj, la maruca azul, el brosmio, el tiburón de profundidad, el besugo hermafrodita o muchas especies bioluminiscentes deberían ser consideradas como «en peligro de extinción», ya que en tan sólo 15 años de pesca han sido sobreexplotadas e incluso agotadas, pudiendo haber perdido más del 80% de sus poblaciones. Así lo ha denunciado la organización ecologista Oceana ante los ministros de Pesca de la UE para que sea tenido en cuenta antes de establecer las cuotas pesqueras para especies de profundidad durante el año 2005. Según Oceana, recientes estudios científicos han demostrado que muy pocas de estas especies pueden ser sometidas a explotaciones comerciales y que la mayoría sólo pueden soportar niveles tan bajos de explotación que serían totalmente inviables económicamente. Suelen ser animales con una tasa reproductiva baja, larga reproductividad, tardía maduración y crecimiento lento, por lo que sus poblaciones son rápidamente sobreexplotadas y agotadas y su recuperación es muy lenta o casi imposible. Sirva de ejemplo el caso del pez reloj, que aunque puede vivir hasta 150 años, no alcanza la madurez sexual hasta los 30. Otras especies de profundidad objetivo de la pesca comercial son el pejerrey, el sable negro, la brótola, el granadero o el fletán negro. En 2003, las flotas de Noruega (46.580 toneladas), Islandia (31.789), Faroes (15.354), Francia (14.389) y España (10.130), fueron las cinco primeras en número de capturas. Conservar los recursos Por primera vez, la Comisión Europea ha aplicado el principio de precaución y ha propuesto para el año 2005 cuotas de pesca más acordes con los estados de los stocks, establecidas en 45.000 toneladas de especies de grandes profundidades, lo que supone unas reducciones que oscilan entre el 30 y el 70% para muchas de ellas. Sin embargo, según ha afirmado Javier Pastor, director de Oceana para Europa, «al final es muy posible que se otorguen cifras muy distantes de lo que debería ser una pesca responsable y adecuada a los recursos existentes». Además, no debe olvidarse que, en numerosos casos, los peces nacidos cuando empezaron muchas de estas pesquerías todavía no han llegado a ser adultos. Por eso piden que se tengan en cuenta los consejos científicos y no permitan el agotamiento de estos recursos marinos. Oceana ha pedido también la protección de los ecosistemas vulnerables de los fondos marinos, como los arrecifes de coral, porque muchas de las capturas de especies como los alfonsinos o los besugos americanos se realizan en ellos, por lo que su pesquería pone en peligro un hábitat en el que se cobijan cientos de especies diferentes. En el caso de los tiburones de profundidad, como muchos de ellos son ovovivíparos (la hembra mantiene los huevos en su interior hasta que nacen las crías) su captura provoca que desaparezcan dos generaciones a la vez.

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