Rajoy asegura que el Ejecutivo de Zapatero regula las bodas gais sólo «para parecer moderno»
El secretario general del PP, Mariano Rajoy, aseguró ayer que «ni los propios» homosexuales reclaman el matrimonio sino una regulación jurídica para su situación, y afirmó que el Gobierno ha hecho «algo que no tiene mucho sentido», «en esa manía de hacer grandes reformas o parecer excesivamente moderno». Rajoy, que asistió ayer al Fórum Europa, dijo que el matrimonio es una institución entre un hombre y una mujer, «una afirmación que no hago como persona que forma parte de la Iglesia Católica. A lo largo de la historia siempre ha sido así». Sólo una regulación jurídica «No creo que los homosexuales lo que reclamen sea el matrimonio, yo creo que lo que reclaman es una regulación jurídica», dijo Rajoy, quien recordó que solamente en dos países europeos, Holanda y Bélgica, existen legislaciones que permiten casarse a personas entre el mismo sexo. «No creo que lo quieran ni los propios homosexuales, lo que quieren y tienen derecho a quererlo es una regulación jurídica para unas situaciones de hecho que están ahí y que sin duda alguna se producen», aseveró el líder popular. El arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol Balcells, ha puesto en duda ayer, durante la presentación de los actos de conmemoración del décimo aniversario del Concilio Tarraconense, que las leyes que legalizan los matrimonios entre personas de un mismo sexo hagan «un bien» para «la sociedad y la juventud». «Yo siempre lanzo una pregunta a los políticos que hacen estas leyes y a los colectivos que las defienden, y es si esto es realmente un bien para la sociedad y la juventud y para mantener cosas fundamentales como la familia», Por otra parte, El Frente de Liberación Gay de Cataluña ha pedido la dimisión del ponente de la Comisión de Estudios del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), José Luis Requeiro, por la alusión a las uniones con animales en el informe aprobado por dicha comisión sobre los matrimonios homosexuales. La asociación de gais y lesbianas pide el cese fulminante de Requeiro por «ir en contra de los derechos fundamentales de la persona recogidos y protegidos por la Constitución española, como son el derecho a la dignidad y a la no discriminación por ningún motivo».