También se entromete en la unidad de España y el reparto del agua
Al margen de las cuestiones de contenido social, el Papa también se refirió a otras más políticas en el encuentro con los obispos españoles. Una de ellas se refiere «al problema del agua». «En algunas partes -señaló Juan Pablo II- se vive la confrontación social por un recurso natural: el agua; siendo ésta un bien común no se puede despilfarrar ni olvidad el deber solidario de compartir su uso». Tras esta aclaración lanzó lo que algunos interpretan como una velada crítica al nuevo Plan Hidrológico Nacional: «Las riquezas -dijo- no pueden ser monopolio de quienes disponen de ellas, ni la desesperación o la aversión pueden justificar ciertas acciones incontroladas de quienes carecen de las mismas». En su mensaje a Rouco Varela, en su calidad de jefe de la iglesia española, el Pontífice también se detuvo en la cuestión de la «unidad de España». La fe, elemento de unidad Afirmó en este sentido que «la diversidad de pueblos, con sus culturas y tradiciones, lejos de amenazar esta unidad, ha de enriquecerla desde su fe común». En este contexto, fue cuando lanzó un mensaje de acción a los prelados hispanos: «Y vosotros, en cuanto sucesores de los apóstoles, tenéis que esforzaros en conservar la unidad del espíritu con el vínculo de la paz».