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Que no llegue la sangre al río

La Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de León ordena la tala de vegetación palustre en la ribera del Bernesga, para paliar el deterioro que empezaban a sufrir las escolleras

León

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El Ayuntamiento de León ultima estos días un plan de tala de árboles en la ribera del Bernesga, desde el barrio de Eras de Renueva hasta los aledaños del puente de Los Leones, encaminado a sanear las escolleras que dan cauce al río, dañadas en los últimos meses como consecuencia del crecimiento desmesurado que había experimentado la vegetación de la zona, que empezaba a convertirse en un problema serio. Covadonga Soto, concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de la capital, significó el absoluto respeto al ecosistema que se ha seguido en las labores de adecentamiento de la zona «porque la norma básica en la que nos movemos para estos asuntos es no dañar el medio ambiente bajo ningún concepto. Para eso hemos realizado las consultas correspondientes con el servicio municipal que se encarga de este asunto, y nos han dado el visto bueno a la idea». La iniciativa tiene más de prevención que de solución: «De momento no se había producido ningún daño en las escolleras del río, pero los técnico nos han advertido que en el momento en el que se cayera la primera piedra al agua, las demás empezarían a ir detrás. Las raíces de los árboles van empujando por debajo y levantan las escolleras, y aunque había alguna que empezaba a evidenciar problemas, de momento no ha sucedido nada grave». Algo periódico Las obras en cuestión se extienden desde el populoso y coqueto barrio de Eras de Renueva hasta la zona de Papalaguinda «y se trata simplemente de realizar un mantenimiento que, si bien no tiene una periodicidad prevista como tal, sí que necesita un seguimiento» explicó la concejala del equipo de gobierno municipal. La vegetación a la que afecta la medida recibe la denominación de palustre y se compone básicamente de salicáceos, robles y sauces, que serán tratados de forma individualizada, si bien la norma común bajo la que se mueve la iniciativa es tratar de alcanzar un equilibrio entre la estabilidad de las riberas y la pervivencia natural de los vegetales. «No vamos a marcarnos plazos de tiempo, porque además el crecimiento de los árboles es muy diferente dependiendo de las condiciones en las que viva. Lo que sí queremos es que todo esté en orden. Son asuntos llamativos, porque la gente se sensibiliza mucho con la idea de que se hagan talas de este tipo, pero es absolutamente necesario y se tiene todo el mimo posible con el medio ambiente para no causar daños».

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