Velilla saca los trajes antiguos
El antruejo más tradicional estrena su declaración como Fiesta de Interés Turístico Provincial recuperando una bailina que interpretó Fran Pozuelo
La nieve caída durante la noche hizo temer lo peor a muchos velillenses, pero pese al frío el antruejo volvió a correrse. Toros, guirrios y el resto de los personajes salieron este año a la plaza marcados por la chifla y el tamboril que tocaba el artesano Fran Pozuelo. Este año, el antruejo de Velilla de la Reina estrenó su declaración de Fiesta de Interés Turístico Provincial. Y lo hizo, claro, con brillo. La tradición es lo más importante en el antruejo velillense y los trajes de todos los personajes dejan ver esta condición. Los sacos, los trozos de madera, los huesos de animales... todo parece indicar que el domingo gordo es un regreso al pasado. La novedad este año, en cuanto a recuperación de tradiciones, fue la bailina. Al son de la chifla y el tamboril que interpretaba Fran Pozuelo, todos entraron en la plaza para cumplir con su misión. Toros y guirrios corrieron y azuzaron a las mozas. Los personajes de saco asustaron a los cientos de personas que se congregaron en Velilla, esparcieron la ceniza e hicieron ruido con sus latas. El objetivo, entretener a los asistentes además de demostrar que el carnaval no son sólo trajes de colores brillantes, sino que el antruejo es algo de gran trascendencia en la provincia de León y con un carácter ciertamente ancestral. Para los que soportaron el frío, la organización repartió a última hora de la tarde el típico escabeche con pan y vino. Pero también orejas, roscas y flores.