Los padres podrán elegir los genes de un hijo para salvar a otro enfermo

Las familias que tengan un hijo afectado por una grave enfermedad sólo sanable mediante el trasplante de tejidos o células compatibles podrán a partir del próximo año seleccionar las características genéticas de su futuro hijo de forma que con el nuevo nacimiento también se pueda sanar al hermano. Esta posibilidad está contenida en el borrador de la Ley de Reproducción Asistida que prepara el Gobierno. En él establece la opción de que las madres recurran al diagnóstico preimplantacional con fines terapéuticos para terceros y no sólo para evitar que el futuro hijo sea portador de una dolencia hereditaria como hasta ahora. Esta es la principal novedad de una norma que supone un giro aperturista respecto a la ley aprobada por el PP en el 2003. Una acogida esperanzada Esta novedad ha sido acogida con esperanza por muchas parejas que esperan tener un hijo para salvar la vida de un hermano. En España hay al menos medio centenar de parejas que, hasta el momento, pensaban someterse a este tratamiento en el extranjero. Con el diagnóstico preimplantacional los padres tendrán el derecho de generar varios embriones por fecundación in vitro, analizar sus genes y elegir un embrión sano que se adapte a las características genéticas de un hijo de la pareja. Es lo que demandan varias familias cuya descendencia sufre raras dolencias hereditarias de la sangre, como beta talasemia y anemia de Fanconi. El anteproyecto de ley establece que esta técnica será autorizada por la Comisión Nacional de Reproducción Ssistida «caso por caso» y con «fines excepcionales», según afirmó ayer la ministra Elena Salgado al presentar el borrador de la norma. Esta se evaluará en el Consejo de Ministros en el mes de marzo y, según señaló Elena Salgado, se espera que entre en vigor a finales de año. Cambios Otro de los grandes cambios del proyecto de ley es que suprime el requisito que reducía a tres el número máximo de óvulos de una mujer que se podían fecundar en cada ciclo de reproducción asistida. De esta forma, los médicos podrán extraer más óvulos a la mujer y seleccionar entre ellos los que den más garantías para que embarazo salga adelante. El resto, una vez fecundados, podrán guardarse criopreservados para su uso en posteriores ciclos de reproducción, si fueran necesarios. Respecto al número de embriones que se pueden implantar en cada ciclo, se mantiene el límite de tres, con el fin de evitar embarazos múltiples y de alto riesgo. Las asociaciones de personas con esterilidad en general han recibido con satisfacción el borrador aunque han solicitado un incremento de fondos públicos para costear los tratamientos. La Conferencia Episcopal Española ha rehusado opinar sobre el proyecto y ha remitido a las valoraciones que realizaron en octubre en las que se oponían a la investigación con embriones. Los obispos se opusieron entonces a la reforma y dijeron que «la producción de seres humanos en laboratorio, independientemente de su fin, contradice la dignidad de la persona.