Declaración de París

La Cumbre de Biodiversidad ha sigo acogida con escepticismo por las organizaciones ecologistas quienes se encargaron de recordar que más de 180 países (entre los que no están EEUU, Irak y Arabia Saudí, entre otros) ratificaron hace trece años los acuerdos alcanzados en la Cumbre de Biodiversidad de Río de Janeiro, y además, que a pesar de las buenas intenciones con las que se clausuró la Cumbre de la Tierra celebrada el año 2002 en la localidad surafricana de Johannesburgo, no se han realizado acciones concretas llegando a pedir menos reuniones y más medios científicos y voluntad por parte de los políticos para que encuentros como estos no se conviertan en fracasos. Aunque la Cumbre de la Biodiversidad no tiene capacidad para adoptar medidas internacionales, durante su clausura se hizo público un documento, conocido como Declaración de Paris, con el que se pretende alertar sobre la degradación de la biodiversidad y despertar la conciencia medioambiental de los gobiernos para que entre sus prioridades pongan en marcha iniciativas concretas capaces de frenar el alarmante declive de la biodiversidad y se salve a millones de especies de la extinción.