A la sombra de Diana
Camilla Parker Bowles, futura esposa del príncipe Carlos de Inglaterra, ha sido su eterna compañera, siempre relegada a un segundo plano por la sombra de Diana de Gales. Antes de poder convertirse en la prometida del heredero de la Corona, Camilla, de 57 años y divorciada, ha desempeñado durante 30 años el papel de amiga, amante y consejera, a la vez que ha luchado por arañar algo del cariño que los británicos sienten por lady Di, la primera esposa de Carlos fallecida en un accidente en 1997. Nacida el 17 de julio de 1947 en Londres, fruto de la unión entre Bruce y Rosalind Shand, la futura princesa consorte, que portará el título de duquesa de Cornualles, pertenece a una familia católica de la alta sociedad británica que se codea desde hace años con la Familia Real inglesa. Pese a haber copado las portadas de la prensa del corazón de todo el mundo, poco se sabe de la personalidad de esta mujer de corte elegante y aire intelectual, pero de la que sus allegados afirman tiene un gran sentido del humor. Camilla pasó su juventud en Sussex (sur de Inglaterra) y estudió en el Queens Gate School de South Kensington, antes de finalizar la etapa escolar en Suiza y Francia. Como hija de una familia acaudalada, Camilla no cursó estudios universitarios y nunca ha trabajado, lo que le ha permitido dedicarse a sus pasiones, como la arquitectura, la caza de zorros o el polo. Y en un campo de polo fue donde conoció al heredero de la corona británica, cuando ella tenía 23 años, en Windsor (afueras de Londres), precisamente donde va a casarse en abril. El romance surgió de inmediato entre la pareja pero, según parece, Carlos consideró que era demasiado joven para pedirle la mano y fue un brigadier, Andrew Parker Bowles, quien desposó a Camilla en 1973. Las obligaciones conyugales de Camilla no fueron un obstáculo para mantener una estrecha relación con el heredero e incluso los rumores cuentan que aconsejó a Carlos que se casara con Diana de Gales.