ASTRONOMÍA
Las matemáticas y la geometría también están presentes
Don Quijote también se presenta como un conocedor de los astros, ciencia citada por él como astrología pero que debe de entenderse como astronomía: «Si yo tuviera aquí un astrolabio con que tomar la altura del polo, yo te dijera lo que hemos caminado: aunque, o yo sé poco, o ya hemos pasado o pasaremos presto la línea equinoccial que divide y corta los dos contrapuestos polos en igual distancia». Quijano también da respuesta a Sancho cuando le dice «Mucho habremos recorrido, porque de los trescientos y sesenta grados que contiene el globo del agua y de la tierra, según el cómputo de Ptolomeo, que fue el mayor cosmógrafo que se sabe, la mitad habremos caminado». También confiesa la necesidad de las matemáticas: «El que la profesa (la ciencia de la caballería andante) ha de ser jurisperito, teólogo, médico, herbolario y astrólogo (se refiere a astronómo) para conocer por las estrellas cuantas horas son pasadas de la noche y en qué parte y en qué clima del mundo se halla», y «ha de saber de matemáticas, porque a cada paso se le ofrecerá tener necesidad de ellas¿». La geometría también le saca de dudas para defender la existencia de los gigantes cuando dice que «en la isla de Sicilia se han hallado canillas y espaldas tan grandes que su grandeza manifiesta que fueron gigantes sus dueños, y tan grandes como grandes torres, que la geometría saca esta verdad de duda». Es decir, utiliza la geometría y el sentido de las proporciones para justificar sus aseveraciones. La fascinación por los números grandes también es manifiesta en esta obra cervantina, ya que «mil millones de gracias» son las que tiene Dulcinea; Felixmarte de Hircania venció a un ejército con «un millón y seiscientos mil soldados» y Quijote se encierra para rezar «un millón de veces».