Vigorosa bendición

HOY es jornada de reflexión. Al menos para algunos, porque las previsiones hablan de que mañana será muy alto el número de los que se abstienen y no como decisión demasiado reflexionada, sino como postura de desentendimiento del asunto. Así son las cosas cuando concurren demasiados factores poco estimulantes. Las semana pasada les ofrecimos las orientaciones de nuestros Obispos: «El «sí», el «no», el voto en blanco o la abstención son posibles opciones legítimas», nos dijeron. Votar en blanco o abstenerse sólo se justificarían en el caso de no poder superar la perplejidad o no aceptar en raíz el planteamiento de la consulta; «en todo caso, añaden, será necesario actuar en conciencia sopesando con cuidado los motivos por los que realmente se actúa». Espero que nadie interprete este breve recordatorio como propaganda ilegítima en el día de pensarse las cosas sobre España y sobre Europa. Es pensar en el futuro en tiempos en que andamos demasiado atareados con el presente, como si no contara otra cosa. Visita «ad limina» Tenemos a mano ya declaraciones de lo que nuestros Obispos vivieron en el encuentro con el Papa de hace una veintena de días. Seguramente no está de más acercar a los lectores algunos de sus aportes. Don Camilo, el Sr. Obispo de Astorga, cuenta que el Papa se interesó vivamente por la formación cristiana de todos y en especial de las generaciones nuevas, por las vocaciones al ministerio ordenado y a la vida consagrada, por la familia -fundamental para lo anterior- y también por los problemas humanos y sociales, como la pobreza, el trabajo, la emigración. Como fruto especial de este baño de comunión eclesial Don Camilo dice que desea «lograr que los católicos recuperen el entusiasmo en su vida cristiana, superando algunas actitudes que son hasta cierto punto vergonzantes. Y señalo entre otras el disimular la identidad de ser cristiano católico». Y concluye: «Si se vive con gozo, se tiene capacidad para comunicar la razón de la verdadera esperanza con convicción y, en consecuencia, como Iglesia; así llevaremos adelante la evangelización del hombre de hoy». Ahí queda, pues, un elenco de prioridades: formación cristiana, jóvenes generaciones, vocaciones, familia, alegría de ser cristiano, evangelización. Toca ahora rumiarlo, en intensos momentos de reflexión, y aplicarlo a toda presión. Vayamos a ello. Don Julián, el Sr. Obispo de León, nos narra cómo en el encuentro personal con el Papa se habló de los sacerdotes, de los religiosos, de la pastoral juvenil en clave vocacional, de la educación en la fe, del Sínodo diocesano, del Año Jubilar. El Papa se interesó de forma muy particular por las familias de la diócesis. Don Julián nos invita a leer, al completo, con detenimiento y sin los subrayados torcidos que se hicieron, el discurso que Juan Pablo II dirigió al primer grupo de Obispos españoles. Experimentó que la visita no fue un acto administrativo o protocolario, sino una verdadera peregrinación «a los umbrales de los Apóstoles», y un encuentro de toda la Iglesia Legionense, a través de su persona, con el Obispo de Roma, la Iglesia «cabeza y madre de lasa demás Iglesias», y, en cuanto Sucesor de Pedro, garante de la comunión en la fe y en la caridad para todos nosotros. Dice que le impresionó la vigorosa bendición final del Papa al trazar el signo de la cruz. Nos queda agradecerla. Y adelante. De aflicciones y esperanzas Con pocas fechas de distancia se nos han ido dos beneméritas personas de la diócesis de Astorga. Primero fue D. Benjamín Gago, que fue párroco de Lillo del Bierzo y otros pueblos de la cuenca de Fabero. Le siguió D. José Martínez Vega, que sirvió pastoralmente en Santa Marina del Rey, Barrios de Nistoso, Villameca, Brimeda, Cogorderos... Descansen en la paz. La que ha faltado a las parroquias de Arenillas de Valderaduey y Fuentes de los Oteros, visitadas en días pasados por amigos de lo ajeno. Esperemos que algún día se acaben estas depredaciones. Y que se multipliquen signos como los de la Cofradía de la Expiración y del Silencio que declaró «Día de la Lucha contra el Hambre» la jornada de la toma de posesión de su Abad. A imitar.