Juan Pablo II ingresó a media mañana en el policlínico Gemelli por sufrir una crisis
Los médicos someten al Papa a una traqueotomía para que respire
La operación se realizó con una anestesia muy ligera, duró veinte minutos y fue un éxito. Las oraciones por la m
Unos fieles rezan por la mejora del Papa en una iglesia de Roma
Los médicos que atienden a Juan Pablo II en el policlínico Gemelli decidieron durante la tarde de ayer someterle a una traqueotomía para facilitarle la respiración, que se realizó sobre las nueve de la noche, duró menos de media hora y fue todo un éxito El equipo médico que atiende el pontífice, dirigido por el profesor Rodolfo Proietti, de 59 años, jefe de urgencias del hospital y especialista en reanimación, decidió la intervención debido a la creciente dificultad que tiene el Papa para respirar y por los espasmos dolorosos que lo aquejan. El pontífice había ingresado en el centro sanitario durante la mañana de ayer, tras una racaída de la gripe que hace veinte días lo llevó al hospital. Desde el miércoles tenía fiebre derivada de una afección vírica, que se veía agravada por una crisis respiratoria. Para la traqueotomía se había previsto una anestesia muy liviana debido a la delicada salud y la edad avanzada (84 años) de Juan Pablo II. La infección, un riesgo Los manuales de medicina explican que al paciente se le hace un orificio en la parte alta de la tráquea, habitualmente entre los dos primeros anillos traqueales, unos centímetros por debajo del cartílago tiroides. Los músculos del cuello son separados con cuidado para no afectar a los nervios que podrían ocasionar alteraciones en la voz y se introduce una cánula o tubo, tras lo cual se cierra la piel alrededor del tubo con suturas o grapas, que generalmente se quitan a la semana de la operación. La intervención puede realizarse con anestesia local o general, según los pacientes y se desarrollar en menos de 45 minutos. La traqueotomía permite un acceso fácil para poder aspirar las secreciones de los bronquios cuando éstas no pueden ser expulsadas de manera natural a través de la tos. Los riesgos de una anestesia para un hombre de 84 años, fuertemente debilitado por la enfermedad de Párkinson, fueron señalados por varios médicos, que temen infecciones. El Vaticano mantiene un hermetismo total, pero no se descarta un comunicado póximo.