Diario de León

Cosas de aquí | Cocina de pecado en Carracedo

El monacato llega al estómago

Los secretos gastronómicos de las órdenes religiosas conforman la esencia de las jornadas culinarias de La Palloza de Carracedelo, que tienen como eje promocional al monasterio de Santa María

Publicado por
Miguel Ángel Tranca - ponferrada
Ponferrada

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La excelsa cocina que durante siglos caracterizó a las órdenes religiosas asentadas en el Bierzo encuentra desde ayer su mejor expresión en las Jornadas Monacales que, por segundo año consecutivo, organiza el restaurante La Palloza de Carracedelo. Recuperadas del olvido en algunos casos y en otros transmitidas por los propios monjes, las dieciséis recetas que aglutina esta propuesta nacen de un proceso de casi dos años de investigación y de una selección que en su tramo definitivo llegó a contar con cerca de sesenta platos, todos ellos auténticas joyas nacidas de las manos y olfato culinario de los monjes y monjas. Precisamente de las cocinas monacales han salido platos como los tomates rellenos de setas (Agustinas), el gratinado de trigueros y bacón (Comendadoras), chipirones en salsa de vermut (Paules), patatas rellenas de bacalao (Clarisas) o la sopa de truchas (Carmelitas). Pero la variedad de la gastronomía en los diferentes conventos que poblaron y en algunos casos siguen haciéndolo la comarca berciana va más allá. Lomos de merluza con gambas (Gabrielistas), escabeche templado de conejo y champiñones (Agustinos), rabo de buey en salsa (Benedictinos), solomillo con paté de hojaldre (La Salle), cordero con setas (Jesuitas) y pavo con peras y espinacas al Oporto refuerzan si cabe la calidad de una oferta que se complementa con cinco postres que van desde el hojaldre de manzanas a el flan de fresas, pasando por los piononos de Santa Fé, los fritos de arroz con leche y la tarta de castaña y chocolate. Todo regado con un vino del Abad Dom Bueno para convertir esta iniciativa, que se prolongará hasta el 20 de marzo y que tendrá justo ocho día antes uno de sus principales puntos de interés con la cena monacal a la que se debe asistir ataviado con vestidos de al época, en el mejor exponente de una tradición recuperada en muchas de sus vertientes y abierta al público en general. Y es que la cocina y los monasterios, que durante tanto tiempo marcaron su devenir de manera paralela, vuelven a contar con un espacio notable en estas jornadas en las que junto a la oferta culinaria se pretende rendir un homenaje a todas y cada una de las órdenes que durante tantos siglos ejercieron su apostolado en la comarca. Así, junto a la propuesta gastronómica, las Jornadas servirán para abrir las puertas de cinco monasterios: Carracedo, Anunciada, San Pedro, San Andrés y San Miguel de las Dueñas. La Palloza en Carrecedelo servirá así desentrañar los sabrosos y dulces secretos monacales.

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