Europa consume más del 30% de la cocaína que produce América

El mercado europeo absorbe cada año más del 30% de la producción mundial de cocaína. De una cantidad estimada en 655 toneladas, más de la tercera parte fueron exportadas a Europa por vía marítima y se estima que unas 200 llegaron al mercado. Así se desprende del último informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (Jife), un organismo independiente de la ONU, que se presentará hoy en Viena. El informe precisa que el 90% de la producción del triángulo andino -Colombia, Bolivia y Perú- se exporta por vía marítima a través del Caribe, a los Estados Unidos y a Europa, fundamentalmente. En este tráfico marítimo juega un papel clave Venezuela que se ha convertido en los últimos años en la gran bodega desde la que exporta la cocaína. Buena parte de los envíos destinados al mercado europeo siguen llegando al viejo continente a través de la península Ibérica. Eso explica que los servicios antidroga españoles y portugueses hayan interceptado el año pasado el 5% de la cocaína confiscada en el mundo, segun el informe de la Jife. El documento advierte de las crecientes dificultades que presenta el tráfico de drogas en América del Sur, que constituye -dice- un «problema de importancia política considerable, no solamente para la región sino también para el resto del mundo». Europa se consolida como uno de los principales mercados del codiciado polvo blanco andino. El consumo, que ha registrado un constante incremento desde 1998, se ha estabilizado, salvo en el Reino Unido, que ha crecido. Avances y riesgos La ONU reconoce a los gobiernos de varios países de la región un éxito considerable en su lucha contra las redes de tráfico de drogas, como demuestra el aumento de los decomisos. Pero la Jife también admite que tanto el tráfico de estupefacientes, como el blanqueo de dinero y la corrupción concomitantes, siguen poniendo en peligro la estabilidad de América del Sur. «Como en el pasado reciente -precisa- los traficantes han intentado intimidar a los funcionarios de las fiscalías, lo que demuestra una vez más los estrechos vínculos entre el tráfico de drogas y la delincuencia organizada». En el caso de Bolivia, el informe dice que siguen los enfrentamientos abiertos entre los cultivadores de arbusto de coca y el Gobierno, que se esfuerza en reducir esos cultivos.