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CRÉMER CONTRA CRÉMER

Las mujeres del municipio

Publicado por
VICTORIANO CRÉMER
León

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LA RESPONSABLE en el Ayuntamiento de León, Marina Lamelas Viloria, precisamente encargada de la Concejalía de Comercio y Consumo, ha presentado su renuncia ante el regidor mayor de la ciudad, don Mario Amilivia. Y sin saber exactamente por qué o sabiendo lo suficiente como para permitirme la licencia de emitir juicios, digo que lo siento. Tanto por lo que supone siempre un relevo en la composición de una corporación tan frágil como son los Ayuntamientos, sobre los cuales siempre se hacen recaer los inconvenientes que conlleva la administración de los bienes ajenos. Marina Lamelas era precisamente, según se me permite asegurar, una de las mujeres elevadas a categoría por sí misma y por su cometido. Porque si de algo necesita nuestro querido, por más que nunca lo suficientemente alabado municipio, es de una mano fuerte aunque con tacto de seda para el manejo del Comercio y como consecuencia del Consumo, precisamente cuando la inestabilidad de los precios y la perversión del consumismo nos hacen temer tiempos difíciles. El Ayuntamiento de León, desde hace ya algunos años y varias corporaciones de diferente signo, ha intentado (incluso anticipando el ejercicio del cupo femenino como señal de la incorporación de la mujer al quehacer público) añadir a sus mecanismos mujeres vocacionadas y preparadas para el mando y para el dominio de la administración general. La ciudad de León, lo necesitaba y lo necesita y es señal del esfuerzo de los alcaldes por pertrecharse de mujeres activas el hecho de que ya el cupo ha sido cubierto y tan delicada es la representación femenina en las corporaciones como la de los hombres. Y esta intervención se nota. Se supone y se espera que para bien. Y cuando una de estas mujeres singulares, alega motivos estrictamente familiares y se comprueba que la familia de la operadora municipal está bien, gracias a Dios, el lector curioso supone, sospecha que a esas circunstancias debiera añadirse para su complemento y entendimiento, otras causas que son las que siempre contribuyen a la confusión. Marina Lamelas, cede su cargo, su tiempo y su talento y al mismo tiempo o consecuentemente abandona un proyecto para la organización del ejercicio comercial en León con la creación de un dispositivo o asociacionismo que se encargaría de vigilar precios, de impedir abusos y de cortar excesos. Lo siento. Porque no está León precisamente para abandonar en el camino las gentes de mayor solidez representativa y de más generosamente entregada al bien público. Se nos informa que a Marina Lamelas le sucederá otra mujer y a esta otra y así hasta que nos sea posible cubrir toda la nómina con señoras bien calificadas. Dimitieron Cecilio Vallejo y Manuel Martínez, que eran caballeros acreditados. Y se produjo en la corporación un tiempo de expectación. Se promueve así el divertido juego de la moción de censura y también se conmovieron las piedras del Capitolio. Y el que avisa no es traidor, pero es que me parece que así como se dice que detrás de cada mujer, más o menos ilustrada aparece siempre un hombre, convendría, digo yo, que asimismo se tuviera en cuenta que detrás de un gran hombre, también puede darse una mujer. ¿En qué fuentes beben los alcaldes para elegir las mujeres de sus Municipios? Esa es la cuestión, que diría Guillermo, el inglés.