Diario de León

Muchos expertos consideran que su labor divulgativa no ha encontrado sucesor en España

Una fundación recordará a Rodríguez de la Fuente 25 años después de su muerte

El responsable nacional de Adena considera que «todo lo que nos enseñó sigue vigente» Sus programas serí

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Arantza Prádanos - madrid
León

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Hace 25 años, un 14 de marzo llegaba desde la lejana Alaska una noticia que sacudió al país entero. Félix Rodríguez de la Fuente había muerto. La avioneta en la que viajaba con dos compañeros, Teodoro Roa y Alberto Mariano Huéscar, cámaras de TVE, se estrelló durante la filmación de una carrera de trineos cerca de Anchorage. Todo el equipo falleció y España perdió entonces a uno de sus personajes más queridos y a un divulgador de la naturaleza irrepetible. Tanto, que a un cuarto de siglo de su desaparición hay un consenso unánime entre naturalistas profesionales y aficionados. La Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento de Burgos y Diputación Provincial burgalesa formarán parte de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente que la familia de este naturalista burgalés impulsa para divulgar su obra y acercar la ciencia y la naturaleza a la sociedad. Así lo aseguró Olide Patricia Rodríguez de la Fuente, hija del naturalista quien destacó la importancia de rescatar su figura y su obra. Para Juan Carlos del Olmo, secretario genera de WWF/Adena, nadie ha sabido recoger su testigo, al que se debe el surgimiento de varias generaciones de ecologistas en España. Veinticinco años después, «todo lo que nos enseñó sigue vigente», recalca. Y su pasión, la fuerza con la que prendaba a la audiencia «es más necesaria que nunca». Nació también un 14 de marzo en Poza de la Sal (Burgos), en 1928, y la aversión de su padre, notario, por la escolarización temprana le regaló una infancia en contacto con la naturaleza. A menudo contó que ahí se forjó su amor por el medio ambiente y sus criaturas. Aún así, sacrificó al biólogo en ciernes que ya era por la medicina, más ajustada a los deseos paternos, y así se convirtió en el odontólogo con menos vocación del país. Ya en la treintena, su rumbo comenzó a enderezarse. Se había aficionado a la cetrería, y los halcones le llevaron cofundar junto a Francisco Bernis y otros pioneros la Sociedad Española de Ornitología (SEO). Le llevaron también en 1960 a Arabia Saudí como halconero enviado al rey Saud por el gobierno franquista. Entre medias redactó un manual que aún es considerada una de las «biblias» internacionales de la cetrería.

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