La procesión siguió su camino para terminar de nuevo en el mismo punto de partida, la plaza de Santo Martino, donde volvió a recogerse.
Además de la Virgen de la Piedad el público también se rindió ante el Cristo de la Esperanza.
Las cofradías de Jesús Divino Obrero, que celebra sus bodas de oro, y de Nuestro Padre Jesús Nazareno cumplieron diez años desfilando juntas, en la unión de la Pasión capitalina y la provincial.
Las imágenes, acompañadas por representantes de las cofradías bañezanas y leonesas, bailaron al son de las bandas de las cofradías y de la municipal de música de La Bañeza al llegar a la catedral.
Los braceros de las Tres Caídas de San Andrés del Rabanedo también procesionaron el sábado.