Patinar en invierno y en primavera

Unos se van y otros que llegan. Así es la vida. Todo pasa y lo más probable, tal y como está la situación, es que los ciclos se conviertan en anuales y todo vuelva a ocurrir el año que viene. Adiós deslizándose La pista de hielo que hasta ayer estaba instalada en la plaza de toros cerró sus puertas con un gran éxito de asistencia, cerca de trece mil personas. Parece ser que los deportes de invierno tienen muchos aficionados en León, y entre ellos está el patinaje sobre hielo. Nada de lo que hacían los abuelos cuando eran pequeños, como podían se iban a las lagunas próximas al pueblo, que durante los fríos inviernos se quedaban congeladas, y simulaban algo así que era deslizarse. Ahora las cosas han cambiado y las nuevas tecnologías permiten que sobre la arena de un coso taurino se monte un montón de hielo aplanado sobre el que los más pequeños, y algún que otro mayor, se ponen los patines con cuchilla y se deslizan cual verdaderos profesionales. Los hay que hasta hacen piruetas, otros no se sueltan de la barandilla, pero ya lo dijo el barón de Coubertain, «lo importante es participar». Los niños de los colegios leoneses pasaron por el hielo todas las mañanas de los días laborables e, incluso, alguna empresa se llevó a sus empleados a pasar un ratito divertido sobre los patines. Hola sin cuchillas Volviendo a las frases hechas, «no es oro todo lo que reluce», pero como si lo fuera. En el centro comercial de Espacio León se ha montado una pista de patinaje sobre hielo, pero hielo sintético. Las cuchillas de los patines no están afiladas y los niños van más seguros. A día de hoy, la ciencia lo permite todo. La pista, instalada en la planta baja del recinto, estará abierta de lunes a viernes de 17.00 a 21.00 horas y los fines de semana y los días festivos el horario se alarga y se podrá patinar de 10.00 a 13.00 horas y de 17.00 a 22.00 horas. El precio, un euro por quince minutos para los menores de 16 años y tres euros para el resto de las edades. El suelo de la pista de hielo sintético es como un puzzle muy simple. Sus láminas están ensambladas y una fina capa de algo parecido a la gelatina las cubre para que los patines puedan deslizarse. Ni está frío ni hay hielo, pero el efecto y el movimiento es el mismo que si lo que hubiera debajo de las cuchillas fuera agua congelada. Pasar un rato divertido y aprender a patinar sobre hielo es esencial, qué más da que el hielo sea de verdad.