A LA ÚLTIMA
Paradojas
HERRI Batasuna, como brazo político de ETA, corre un riesgo cierto de desaparecer como opción electoral. Sus dirigentes se han dado cuenta de que si quedan fuera de juego en estas elecciones convocadas para el 17 de abril, ya no podrán levantar cabeza. Por eso están dispuestos a hacer todo lo posible para estar de un modo u otro. Por las buenas o por las malas. De derecho o de hecho. De momento están dispuestos a interveniren la campaña aunque dentro de unos días se declare judicialmente la ilegalidad de sus candidaturas, presuntamente blanqueadas bajo la nominación de Aukera Guztiak. En el peor de los casos -en el peor para ellos, para Otegui, Permach y compañía-, se reconocerán en los votos nulos, en blanco y una parte de la abstención. Su estrategia consiste en recordar a los vascos que su organización política sigue viva. Se trata de esforzarse en conservar sus apoyos electorales. Al hacer campaña, que es lo que han decidido, esperan evitar trasvases hacia el PNV, EA o IU. A poco que se razone nos daremos cuenta de que la línea de actuación prevista por Herri Batasuna, ante la más que probable eliminación legal de sus candidaturas «blancas», favorece a los partidos no nacionalistas (PP y PSOE) y, por tanto, perjudica a los que componen el actual «tripartito» vasco (PNV, EA e IU). Sin embargo, paradojas de la política, lo que se escenifica en las pasarelas mediáticas nos transmite la percepción co ntraria. Justo al revés. Vemos a los partidos nacionalistas pidiendo que se permita a HB concurrir a las elecciones, mientras que los «constitucionalistas» abogan por impedirlo, con la ley en la mano hasta que esa organización condene el terrorismo de ETA. Por una vez, los principios se imponen a los intereses electorales y los políticos son presos de su retórica. El PNV invoca el derecho de HB a medirse con otros partidos en las urnas, en nombre de la Democracia. El PSOE y el PP invocan el imperio de la ley para impedirlo. Afortunadamente, ni los unos ni los otros pueden desdecirse de la parte más solemne de su discurso. Pero, en el fondo, cuánto les gustaría que otros le hicieran el trabajo. Por ejemplo, el Tribunal Supremo, permitiendo que las listas de HB se presentaran a las elecciones. El PSOE y el PP no lo lamentarían a la hora del recuento. En el caso del PNV, el trabajo ya se lo están haciendo el PP y el PSOE.