El Nazareno levantó pasiones nada más salir de la iglesia de Santa Nonia, cuando la tregua parecía haber dado una tregua a la Semana Santa leonesa.
El desfile de la hermandad de Santa Marta y de la Sagrada Cena, tampoco pudo salir por culpa de la lluvia, lo que se reflejó en el rostro de sus cofrades.
La procesión de la Adoración de las Llagas de Cristo tampoco pudo celebrarse. La cofradía del Santo Sepulcro Esperanza de la Vida celebró un acto conmemorativo en el interior de las madres Concepcionistas.
La Cofradía de Nuestro Señor Jesús de la Redención también vió como su trabajo de todo un año quedaba fustrado por las inclemencias del tiempo.
Una vez en el interior del claustro del monasterio, la carraca y los tambores anunciaron el inicio de las paradas en cada una de las estaciones que conforman la procesión.
Los Hermanos procesionaron por la calle no más de 20 metros ante una plaza prácticamente vacía, ataviados con la tradicional túnica negra y capillo y bocamangas rojas.