La debilidad del Juan Pablo II le impide presidir por primera vez los oficios religiosos de Pascua
Tan solo unos días ha durado la tranquilidad por la salud del Papa Juan Pablo II. Ayer, durante la rueda de prensa que anunciaba que hoy no participará a la audiencia general de los miércoles, se confirmaron los rumores que corrían desde el domingo sobre su delicado estado, sobre todo tras el gesto de dolor mostrado durante la bendición de las Palmas. Quien ha comunicado la noticia ha sido el vicedirector de la oficina de prensa vaticana, el padre Ciro Benedettini quien no ha excluido que el domingo el Papa pueda asomarse a la ventana de su estudio y bendecir a los fieles, como ya ocurrió la semana pasada. Padre Ciro ha insistido en la necesidad de una información clara sobre la salud del pontífice sobre todo «en un momento delicado como el que se está viviendo», aunque no ha querido comentar los rumores que durante la noche del lunes anunciaban un agravamiento de la salud de Juan Pablo II, llegando a hablarse incluso de su muerte. El Palacio Apostólico tuvo que salir al paso para resaltar que el Papa reposaba normalmente en sus habitaciones. Los rumores surgían porque el Papa no se habría conectado en vídeo con la reunión de jóvenes del Opus Dei que se celebraba el lunes en el Aula Nervi. Otro de los elementos que ha hecho saltar la alarma ha sido la presencia constante en el Vaticano de médicos del policlínico Gemelli. Personal del servicio de reanimación del centro médico acude asiduamente, noche y día, a los apartamentos papales con la intención de seguir de cerca la convalecencia del Pontífice. Videoconferencia En lo que respecta a la Semana Santa, ésta será la primera de su pontificado en la que Juan Pablo II no tome parte de forma activa en las celebraciones. Hasta ahora tan solo se ha confirmado su presencia en la bendición Urbi et Orbi del Domingo de Pascua, mientras parece que no será posible que acuda al Coliseo para presidir el Via Crucis del Viernes Santo, como siempre ha hecho. Muchos confían que pueda conectarse a través de la televisión o por vídeoconferencia, como una manera de conmemorar el calvario de Cristo. Ante la ausencia del Papa en los principales actos, la misa matinal del jueves será oficiada por el cardenal Giovanni Battista Re y la vespertina, por Alfonso López Trujillo.