CORNADA DE LOBO
De tres patas
ES COYUNDA de magnífico aparejo la que tuvieron los asnos cazurros con burras zamoranas; o tanto monta, pollina leonesa con garañón de Viriato, que dicen nació en Fermoselle para que los portugueses se partan de risa con sobrados argumentos que demuestran que ese mito era lusitano, indenpendentista bravo y que tenía tres pelotas y tres patas. Los jumentos de León y Zamora, lo mismo. Y casaron bien. Fue por derecho y con buena dote natural. De esa coyunda salieron hijos de gran alzada y recios para la labor como mulas, bien mangados. Tienen fama de ser infalibles en la cubrición; son la artillería de precisión de todo el ejército asnal, en el que las capitanías generales catalanas, andaluzas o vascas han ido decretando sus propias razas autóctonas de burros, porque aquí nadie se priva de endilgarle a cualquier bicho de corral un apellido oriundo y patriota que persiga diferencias o errehaches. Ninguno de ellos dejará de ser burro por más ochamendis que le echen a la genealogía. Por estos páramos preocupan poco tantos distingos y tiquismiquis, porque en lo que un burro se mide y se compara es en lo que puja y en lo que le mide el mango, osá, su potentia generandi. Y aquí sí que no hay discusión. La única raza que calza un calibre de gran respeto es la zamorano-leonesa; ni compares. Sorprende que el leonesismo rampante no haya exigido la supresión de ese guión entre lo zamorano y leonés imponiendo una «y» copulativa que, mira por dónde, aquí sí tiene todo su sentido copulante, así que espero que no lo hagan; son capaces; me chifla esa trabazón zamorano-leonesa. Esas tierras pallá de Benavente me tienen dadas algunas lecciones porque hay una quintaesencia cazurra que anida por allí tanto o más que en montañas babiecas o mercadeos mansilleses. La buena cazurrería tiene reserva y santuario en nortes zamoranos. Como en casa estoy por aquellos pueblos y entre sus hablares sayagueses o foramontanos. Está vivo en algunos rincones lo que aquí es fósil. Sus semanasantas tienen aún liturgias arqueológicas: esos paños pardos, esos silencios... Y por las cuestonas de los Arribes o en su colindancia portuguesa se ven muchos más burros que por estas agriculturas de tractor climatizado que es hipoteca. Confiésalo, labrantín de estas riberas, ¿quién es más pollino?...