El cortejo se dirigió por Jose María Fernández hasta la Catedral donde se unió, procedente de Sierra Pambley, con el Resucitado, también de Víctor de los Ríos de 1959.
El obispo de León, acompañado por autoridades municipales, como el alcalde y varios concejales, presidió el acto.
Una fila de hermanos del Divino Obrero servía como presentación del paso de La Soledad realizado por Víctor de los Ríos 1958 - 60 con escolta de la Policía Local de León.
Los braceros portaron el paso con vigor y ritmo ayudados por la Banda de Música de las Siete Palabras que les precedía alcanzado un alto grado de calidad musical.
En la Plaza de Regla se produjo el esperado Encuentro realizándose el cambio de ropaje de la Soledad del luto al blanco, mientras de fondo se escuchaba un entrañable Sermón sobre los últimos momentos del Señor.