... y otras zonas devastadas por el tsunami del pasado 26 de diciembre que causó cerca de 300.000 víctimas.
El epicentro se situó entre las islas de Simeulue y Nias, frente a las costas de Sumatra.
Igual que el anterior, este seismo fue un temblor vertical donde un sector del suelo oceánico fue empujado hacia arriba por una placa.
Según los sismólogos, el terremoto fue consecuencia de un aumento en las tensiones geológicas causado por el terremoto del 26 de diciembre que generó un devastador tsunami.
Todavía no se ha confirmado el número de víctimas pero el vicepresidente indonesio, Jusuf Kalla, dijo que podrían estar entre las 1.000 y 2.000 personas.
Cinco horas después del temblor, las autoridades de Tailandia e Indonesia levantaron la alerta ante la posible llegada de un maremoto. Comenzaban las evacuaciones.
El pánico a lo largo de Asia ante la posibilidad de que pudiera desencadenar otro devastador tsunami, fue debilitándose con el paso de las horas.
Turistas extranjeros tuvieron que hacer cola en la terminal del aeropuerto internacional de Phuket. Cerca de 4.000 turistas y lugareños tuvieron que ser evacuados.
En Tailandia, las autoridades pidieron a los habitantes del sur del país que abandonasen la región.
El suceso se vivió con especial dramatismo en la isla turística de Phuket donde los habitantes se refugiaron inmediatamente en las zonas altas, en plena noche.
El Centro de Advertencias de Tsunami en el Pacífico, que emitió un alerta de maremoto posteriormente cancelada tras el seismo del lunes, dijo que los sistemas de alarma instalados habían funcionado.
El temor a que se repitiera una tragedia de magnitud similar a la del tsunami obligó a la población a abandonar sus casas a la carrera.
Y es que los especialistas aseguran que la población de las zonas más afectadas en diciembre no está preparada para hacer frente a una nueva catástrofe.