DERMATOGLÍFICA
La palma es un libro abierto
Históricamente, el principal hito en la fundamentación científica del análisis dermatoglífico se produjo con la publicación en 1943 de un trabajo de Harold Cummins y Charles Midlo, profesores de anatomía microscópica en la universidad de Tulane, Estados Unidos. Allí se utilizó por primera vez la palabra dermatoglífica, derivada del griego dermos (piel) y glifos (grabado). Estos investigadores demostraron que la palma de la mano tenía mucha importancia en el estudio de enfermedades de origen genético. Dado el estado poco desarrollado de la genética en aquella época, el análisis dermatoglífico empezó a considerarse como una herramienta muy importante para el diagnóstico precoz de enfermedades genéticas. Desde aquella época se han seguido haciendo importantes investigaciones sobre esta técnica que ha permitido relacionar las líneas de la mano con enfermedades como la leucemia, el cáncer, la enfermedad celíaca, la rubeola y otras enfermedades mentales como la esquizofrenia y la de Alzheimer. El estado actual de la dermatoglífica médica permite diagnosticar algunas enfermedades con la mera observación de la palma de la mano y los que practican esta técnica dicen que el diagnóstico es muy exacto. El doctor Stowens, jefe de la unidad de patología del hospital St Luke de Nueva York, dice que es capaz de diagnosticar la esquizofrenia y la leucemia sólo a través de las líneas de la mano, con un 90% de exactitud. En Alemania, el doctor Alexander Rodewald dice que puede hacer lo mismo con cualquier tipo de enfermedad hereditaria.