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Asegura que la ministra de Sanidad conoció la denuncia antes que él

Lamela involucra a Elena Salgado en el caso del Severo Ochoa

La comparecencia del consejero en la Asamblea de Madrid se saldó con varios incidentes El Ayuntamiento de Leganés y los fam

Diputados socialistas muestran carteles pidiendo la dimisión de Lamela

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Alejandro Posilio - redacción | madrid
León

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El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Manuel Lamela, intentó involucrar a la ministra de Sanidad, Elena Salgado, en el caso de las supuestas sedaciones irregulares en el Hospital Severo Ochoa, de Leganés. Durante su intervención en la Asamblea madrileña, el consejero aseguró que la ministra conoció la denuncia el 8 de marzo, antes que él, y que la guardó en un cajón, ya que no le dijo nada hasta el 11, cuando el caso salió a la luz. Fuentes del ministerio señalaron que no es cierto que Salgado guardara la denuncia. Lamela se ratificó en que su actuación ha sido prudente y que hizo lo que tenía que hacer al conocer la denuncia sobre las malas praxis médicas en el servicio de urgencia. Además, aseguró que son otros, particularmente el jefe de la oposición, Rafael Simancas, el que ha perjudicado a la sanidad pública por hablar de «eutanasia masiva». Por todo ello, insistió en que no dimitirá, como le exigieron los portavoces de Sanidad del PSOE e IU. Incidentes Durante la sesión del Parlamento madrileño se produjeron varios incidentes. El primero de se desarrolló nada más comenzar la comparecencia de Lamela, al ponerse en pie los diputados de IU con carteles en los que pedían la dimisión del consejero. Luego, la presidenta ordenó el desalojo de un grupo de unos 40 vecinos de Leganés que en la tribuna de visitantes se pusieron en pie con batas blancas en las que se leía la misma petición. La comparecencia del consejero concluyó entre fuertes gritos de «Dimisión, dimisión» por parte de los diputados de la oposición, así como buena parte de los invitados, y la ovación cerrada de los parlamentarios populares que aplaudían en pie desde sus escaños. Al mismo tiempo que se desarrollaba la sesión parlamentaria, varios centenares de personas (600 según la policía y 2.000 según los organizadores) se manifestaban en los alrededores de la Asamblea para reclamar la destitución del consejero madrileño por su actuación en esta polémica.