Diario de León

Ernesto de Hannover intenta sobrevivir a una pancreatitis aguda

Ernesto, junto a Carolina y la hija de ambos, Alejandra, en el 2002

Ernesto, junto a Carolina y la hija de ambos, Alejandra, en el 2002

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Esperanza Suárez - corresponsal | parís
León

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Mónaco sólo piensa en la mayor de sus princesas. Ernesto de Hannover, marido de Carolina, se encuentra en un estado definido oficialmente como «serio» en la unidad de reanimación del hospital Princesa Gracia. Ingresado el lunes con una pancreatitis aguda, su pronóstico se complicó ayer y un comunicado de Palacio tuvo que desmentir incluso que hubiera entrado en coma. Necesita atención médica permanente y constante observación. Su enfermedad provoca dolores abdominales y dorsales extremadamente violentos, sobre todo si se llega a producir una necrosis hemorrágica. Pero no es irreversible y en ello insisten los médicos. Su causa más frecuente es el alcoholismo. No es la primera vez que los excesos llevan al hospital a Ernesto de Hannover. Horas después de orinar en el estand turco de la Exposición Universal del 2.000 en la ciudad alemana de su linaje tuvo que ser hospitalizado. El malestar le llegó después de un banquete en el castillo de Celle. Entonces no se dieron explicaciones. Su última aparición pública se produjo en la procesión de viernes santo, ya que no asistió a la misa celebrada el martes por Juan Pablo II. La maldición de los Grimaldi «Estamos estupefactos. Es una nueva adversidad para la familia» decía muy afectado el arzobispo de Mónaco. La tragedia desempolvó la maldición de los Grimaldi, una leyenda que data del siglo XIII. Cuentan que una flamenca raptada y violada por Rainiero I en el campo de batalla se metamorfoseó en bruja y echó un maleficio: «Los Grimaldi nunca serán felices en el matrimonio». El hechizo, al parecer, no sólo rompe corazones. El páncreas de Ernesto de Hannover aporta una prueba visceral.

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