Diario de León

De León al Everest | Diario de una aventura

«Veo el Everest con nitidez»

El escalador leonés Jesús Calleja llega a Namche-Bazar, la capital del pueblo sherpa y el lugar más bullicioso del valle del Solu Kumbu, desde donde ya divisa la cumbre

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Escribo desde Namche Bazar, capital del pueblo sherpa. El viaje desde Lukla, en avioneta, se desarrolló sin novedad pero me faltaban bidones que no me llegaron, lo que me obliga a dormir aquí para recuperarlos, pues me prometieron que me los meterían en el helicóptero de otra expedición que también tiene que hacer escala en Lukla.Ya tengo un día de retraso. El día 6 me llegan los bidones, y camino hasta Manji, donde decido dormir porque se me hizo demasiado tarde. Otro día que no consigo llegar a Namche Bazar. Son los imprevistos de esta aventura. Pero estoy contento porque tengo todas mis cargas, a excepción del material pesado que llegará en helicóptero más tarde. Caminar por el valle del Solu Kumbu es todo un placer. Pocos sitios quedan en el mundo en donde no hay carreteras ni caminos, sólo sendas donde hay un gran trasiego de nepalíes subiendo y bajando cargas. Todo se realiza porteando desde la existencia de los sherpas, y poco más ha cambiado. Hay sherpas que se dedican toda su vida a portear. Es frecuente encontrase con algunos que cargan 80 Kg. Los míos cargan unos 70 Kg, y son ellos los que piden llevar tanto peso, porque así ganan más dinero, pues el salario se ajusta en función de la carga. A mí me parece excesivo, pero ellos mandan. Estamos en un valle muy escarpado desde el cual se alzan esbeltas montañas de más de 6.000 metros de altura, y todas las laderas están jalonadas de espesos bosques. En el fondo del valle el bravo río que baja desde los glaciares del Everest. Duermo en un logde , donde pago el equivalente a un euro. Son unas sencillas habitaciones con un camastro, pero muy acogedoras. Ceno habitualmente en la cocina del establecimiento, así me aislo un poco de los ruidosos turistas que vienen hacer trekking, en numerosos grupos. Tengo la suerte de manejarme modestamente en la lengua nepalí, lo que me da ventaja a la hora de relacionarme con este tranquilo pueblo. Salgo de Manji el día 7 y sólo tengo cuatro horas hasta Namche Bazar. Casi todo el recorrido es subida. Pero antes hay que atravesar hermosos bosques de rododendros en flor y pinos del Himalaya. Durante la subida a Namche Bazar puedo ver con gran nitidez por primera vez el Everest. Me paro una hora a contemplarlo, y soñar un poquito, con poder escalarlo. Aquí no hay carreteras, ni trenes, ni siquiera bicicletas, sólo sendas. Por fin llego a Namche Bazar, sin duda el pueblo más bullicioso y peculiar de todo el valle del Solu Kumbu. Está enclavado a 3.500 m, más alto que cualquier montaña de la Península Ibérica. Se encuentra protegido dentro de una herradura natural, protegido del viento por todas partes. Es un pueblo muy colorido y como decía está lleno de vida. Los sábados se celebra un mercado muy vistoso. Aquí se comercia con todo tipo de mercancías, pero las más valiosas llegan de los tibetanos que cruzan el paso de Nang-Pala, desde Tíbet y traen a este pueblo muchas cosas que aquí no hay, especialmente las cotizadas alfombras de pelo de Yak. Es un espectáculo pasear por estas angosta calles de piedra. Aquí me quedaré dos días apara aclimatar, y después continuaré hasta Tyamboche, donde se encuentra el monasterio más importante de los del Solu Kumbu. Saludos a todos desde las tierras del Yeti. Namaste (en nepali adiós y hola).

tracking