De León al Everest | Diario de una aventura
«Sólo me ayudan dos sherpas»
El montañero leonés cumple 40 años a 5.000 metros de altura y como regalo de aniversario se propone escalar hoy al Kalapatar para mejorar su aclimatación
Salí de Namche Bazar, la capital de los sherpas, y llegué a Tyangboche, donde se encuentra el monasterio más importante del Solu Kumbu. Aquí hay unas vistas espectaculares del Lhotse I (8.501), que es la cuarta montaña más alta del mundo, y del Everest. El monasterio se encuentra a 3.870 metros de altitud, está a un día de camino de Namche y la pradera sobre la que se asienta está rodeada de gigantes de roca y hielo. Se oye el monótono cántico de los lamas, sólo roto ocasionalmente por las trompetas. Ya se aprecia el fuerte viento de altura propio de esta época del año, por lo que tenemos que esperar un mes aproximadamente a que se abran ventana de buen tiempo, mientras nos aclimatamos. Estamos a diez grados bajo cero y también puedo contemplar desde aquí el Kamteca, el Kanserku y el Ama Dablan, tres picos muy importantes a nivel alpinístico. En Pongboche hicimos una puya con una puya -oración- con uno de los lamas tibetanos más importantes de la zona. Desde Periche he llegado hasta Lobuche donde estoy ahora, a casi 5.000 metros de altura celebrando mi cumpleaños, los cuarante, con mucha morriña, pero me encuentro muy bien. Aquí me quedaré dos días porque voy a subir a lo que llaman la Pirámide de los Italianos y a Kalapatar, una montaña de 5.600 metros con el objetivo de forzar un poco la aclimatación. En tres días creo que estaré en el campo base. Aquí hay muy buen ambiente de montaña; están los líderes de las expediciones comerciales, gente que ya ha estado varias veces en la cima y aprovecho para pedirles consejo sobre lo que debo y no debo hacer. Me ha impactado una expedición que acaba de llegar con 150 yaks y casi 100 porteadores para instalar el campo base a doce personas. Hay gente que paga una fortuna para poder subir al Everest. Yo intentaré hacerme con los mejores consejos para diseñar mi estrategia puesto que sólo tengo la ayuda de dos sherpas. Estoy muy motivado, me he aclimatado muy rápido a la altura y no he tenido ningún problema. Hasta que las expediciones de montañeros llegaron al Himalaya nadie supo quienes eran los sherpas, uno de las 36 etnias que pueblan el pequeño reino de Nepal. Tenzing Norgay es el nombre del sherpa que compartió en 1953 la hazaña de conquistar la cima del mundo el 29 de mayo de 1953. Bautizados por los británicos como los «tigres de la montaña» se han ganado fama de honradez y lealtad, además de un merecido sueldo por portear el peso del material necesario para llegar a la cima. Si ahora hay tanta gente por aquí se debe a que estamos en uno de los períodos «buenos» para intentar el Everest, el pre-monzón que se desarrolla de abril a junio y suele ser más estable que el postmonzón, después del verano. Hasta pronto, se acerca mi llegada al campo base.