Los analistas creen que el miércoles o el jueves habrá ya un nuevo Pontífice
Ratzinger se afianza con el apoyo de medio centenar de cardenales
La Iglesia intentará dar una imagen de unidad con un cónclave de dos o tres días Apenas media hora de espera para
El debate previo a la elección del nuevo Papa se ha colocado en la parrilla de salida. A cuatro días de que los cardenales se recluyan en el cónclave del que saldrá el nombre del próximo pastor de la Iglesia católica, los purpurados han empezado a concretar candidaturas que, según la tradición, tendrán un 50% de probabilidades de culminar el encierro con éxito. A pesar del voto de silencio que por vez primera condiciona la atmósfera de estas jornadas de congregaciones generales, un nombre apareció ayer destacado sobre el del resto de aspirantes: el del decano del colegio cardenalicio, Joseph Ratzinger. Según los analistas, el alemán dispondría ya del apoyo de 40 de los 115 electores, aunque las fuentes más optimistas elevan hasta cincuenta el número de cardenales dispuestos a convertir al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en el sustituto de Juan Pablo II. Los promotores de esta candidatura creen que Ratzinger podría dirigir un papado breve -por el que apostaría la Iglesia, tras dos décadas de Wojtyla- y establecer una línea continuista. Apoyo a la candidatura Electores italianos como Ruini y Scola estarían haciendo presión para limitar las posibilidades del cardenal de Milán Dionigi Tettamanzi, y acelerar la formación de una mayoría en torno a Ratzinger con la que entrar el lunes al cónclave. Apoyando la candidatura de Ratzinger, de forma «muy activa», se situaría el grupo ibero-latinoamericano conformado por el español Julián Herranz -vinculado al Opus Dei- y los colombianos López Trujillo y Castrillón Hoyos. No obstante, el alemán se estaría encontrando con la resistencia de sus compatriotas, de forma que el único purpurado alemán que en estos momentos lo apoyaría sería el arzobispo de Colonia, Joachim Meisner. Sobre lo que existe cada vez mayor consenso es sobre la posibilidad de que el cónclave que comenzará el lunes sea breve. En el Vaticano se habla de que el miércoles o el jueves los cardenales podrían haberse puesto ya de acuerdo y elegido al sucesor de Juan Pablo II. Vaticanistas como Orazio Petrosillo, de Il Messaggero , especulaba ayer con la circunstancia de que a la Iglesia católica le interesa que el encierro de los purpurados no se extienda demasiado en el tiempo por dos motivos fundamentales: para ofrecer una imagen de unidad y consenso dentro del colegio y para agotar cuanto antes el período de sede vacante.