Los liberacionistas desean que el Papa profundice en el Concilio Vaticano II

Los seguidores de la teología de la liberación en América Latina esperan que los tiempos cambien a su favor con el nuevo papa y que éste profundice el Concilio Vaticano II, tras pasar más de dos décadas bajo la férrea observación de la curia romana por la sospecha de atizar la lucha de clases. Para ello el sucesor de Juan Pablo II debería profundizar las reformas impulsadas por el Concilio Vaticano II (1962) y las conferencias del episcopado latinoamericano de Medellín (1968) y Puebla (1979), señaló el instituto Bartolomé de las Casas, que preside el sacerdote Gustavo Gutiérrez, inspirador de la teología de la liberación. Opus Dei «Por el bien de la iglesia y el mundo sería conveniente que lo que ha sido el Concilio Vaticano II, lo que han aportado Medellín y Puebla, se continúe y profundice, dijo la filósofa Cecilia Tovar, miembro de la plana mayor de dicho centro. «Hay mucho por hacer en este terreno, muchas cosas que no se han llevado a la práctica», acotó en alusión a los casi 27 años de pontificado del finado papa polaco. A unas horas del cónclave para elegir al sucesor de Juan Pablo II, los «liberacionistas», como se les conoce en medios religiosos, ponderan las críticas del papa y culpan al Opus Dei de intoxicar a Karol Wojtyla para desprestigiarlos con el estigma de marxistas. El instituto Bartolomé de las Casas incluso interpreta que en su testamento el Papa dice que tras la caída del muro de Berlín, varió su perspectiva sobre la teología de la liberación.