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Crémer se «jubila» en un libro

«El palomar del sordo. Poesía en llamas» une en una aventura literaria al veterano poeta y al artista Ramón Villa. Se trata de una «joya» de 200 ejemplares con 40 poemas y grabados

León

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A Crémer le ha dado por ponerse trágico. Dice que El palomar del sordo es su último libro, aunque el título sea pura ironía. Llama así a la pequeña buhardilla de su casa donde recibe a las musas aunque las oiga poco. «Si al cabo de 50 años y no menos de 30 libros y más de un millón de artículos no he llegado a los altares, como el nuevo Papa, se acabó...». Dice que se «jubila», que está mayor... Pero lo cierto es que este joven de 97 años acaba de embarcarse en una nueva aventura literaria, junto a su amigo el artista Ramón Villa. El resultado es una «joya» de 200 ejemplares (600 euros), que los autores presentarán en la Feria del Libro. Cuarenta poemas y aproximadamente el mismo número de grabados. El libro, en el que se han cuidado al máximo todos los detalles -desde el papel a la encuadernación-, es en sí una obra de arte. El Premio Nacional de Poesía recupera su verbo más amargo y descarnado. Al final, a modo de despedida, asegura: «Pienso que es la hora de firmar y rubricar esta fe de vida y dedicar mis ya escasas fuerzas a gozar de la luz de cada día, sin más...». -¿Y ese Crémer combativo, mordaz y látigo de políticos y poderosos? -Estoy muy triste. -No le creo. -No voy a vivir milenios. En este libro confieso que este es el último libro que voy a publicar... Mantiene el suspense hasta el extremo y, finalmente, añade: «Lo que no me cansa es el periódico. Es un modo de estar en contacto con la gente. Lo hago con mucho gusto...». A quien conozca al incombustible periodista todo le sonará a una de las «suyas». «Bueno», añade a continución, «quedamos un día para tomar café...». Villa, en cambio, se muestra entusiasmado con Poesía en llamas , como reza en el subtítulo. Uno de esos proyectos que, como casi todas las grandes obras, empezó con mucha ilusión y la inconfesable convicción de que nunca se llevaría a cabo. Pero Crémer cumplió lo que parecía, en principio, una promesa vaga. Hace un año entregaba a Villa cuarenta poemas que, de alguna manera, resumen su trayectoria vital y literaria. Es el Crémer más Crémer. Villa sólo tuvo que dejarse llevar. Poner color, textura y formas a los cantos más tristes del poeta leonés. -¿Y cuándo dices que sale? -El día 28. Está anunciado en el programa de la Feria del Libro. -Pues sabes más que yo. El maestro insiste en hablar con un café delante...

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