«He pasado una dura prueba»

Después de cinco horas de ascensión por la cascada de 800 metros llego al emplazamiento del campo I. He llegado muy bien y no me duele la cabeza a pesar de encontrarme a 6.100m. Estoy muy motivado y fuerte y el cuerpo me responde perfectamente a la altura a pesar de que sólo he estado tres días de aclimatación en el campo base. Hoy es 18 de abril. He pasado una buena noche y sigo sin dolor de cabeza así que decido ir hasta el campo II con el sherpa Chiring. Desde aquí hay una larga distancia por el llamado Valle del Silencio hasta el pie de la pared del Lhotse donde instalaremos el campo II. A las tres horas de ascensión decidimos hacer un depósito, y enterrar todo lo que porteamos para instalar el campo II. Es mucho lo que he hecho hasta ahora. La próxima vez que ascienda instalaré y abasteceré por completo el campo II. El depósito queda muy cerca del lugar definitivo. He ascendido 1.000 metros desde el campo base. He equipado el campo I, y dormido allí; además tengo casi montado el campo II. Todo en un día y medio. Estoy muy satisfecho y las fuerzas no me han abandonado. Es hora de regresar, decido hacerlo para descansar y aclimatar mejor. En unas horas desciendo toda la cascada del Khumbu. Estoy escribiendo esta crónica desde el campo base. Ya es 19 de abril y llegan noticias de que un canadiense se ha roto la pierna en la cascada, también hay varios abandonos, que regresan en estos momentos a Katmandú. Uno de ellos por edema pulmonar (es uno de los riesgos de la falta de aclimatación) y eso que no pasó del campo base. Me cuentan también que se han matado dos escaladores en el pico vecino del Pumori, muy peligroso de escalar. Creo que en estas montañas se impone la selección natural y se van quedando los que tienen opciones, pues muchos vienen equivocados, casi engañados por la expediciones comerciales que les prometen un éxito garantizado gracias a sus imponentes medios. Pero la realidad es que esta montaña es gigantesca y hace falta mucha fuerza, capacidad de sufrimiento y motivación para subirla. Eso no se compra con dinero. Son los clientes de estas compañías los primeros en abandonar a pesar de contar con medios casi inimaginables. Yo no sé que tal lo haré, pero estoy convencido que con la ayuda de mis dos sherpas, llegue a donde llegue, será para mi un éxito, pues daré todo lo que tengo dentro para escalar la montaña más alta del mundo. Creo tener mis opciones intactas, mi motivación crece de día en día. y estos días pasados fueron una dura prueba para ratificarme. Los últimos dos días ha nevado y se está preparando la tarde para nevar. Pero he decidido subir mañana -21 de abril- para el campo I a dormir y al día siguiente continuar para el campo II para dejarlo definitivamente instalado y equipado. para al día siguiente subir hasta los 7.000 m y forzar un poco más la aclimatación. Desde las tierras más altas del Himalaya os envío a todos los lectores un entrañable saludo y os doy las gracias por seguirme los pasos a través de las páginas del Diario de León; de alguna manera sois mi gasolina para seguir adelante sin desfallecer. ¡Gracias!