«Actúa», una guía para mejorar elmedio ambiente y la calidad devida Sencillas propuestas

Según la primera Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, hecha pública hace escasas semanas, el 60% de los servicios que los ecosistemas prestan a los seres humanos (agua dulce, pesca, purificación del aire y del agua o regulación del clima) se están degradando o se usan de manera insostenible. A medida que se hacen más complejas las actividades humanas y sus relaciones económicas se incrementan, los impactos sobre el medio ambiente modifican los ecosistemas y se incrementa la probabilidad de que sufran cambios no lineales, con consecuencias como aparición de enfermedades, alteración de la calidad del agua, creación de «zonas muertas» en las aguas costeras, colapso de las pesquerías, cambios en los climas regionales y mayores desigualdades entre los seres humanos. En aplicación del principio: «piensa globalmente, actúa individualmente», Greenpeace ha presentado «Actúa», una guía con más de 100 propuestas para que los consumidores contribuyan a mejorar el medio ambiente y la calidad de vida del planeta. Cuál es la calefacción menos nociva para el medio ambiente, las posibles sustancias tóxicas en perfumes, jabones o pijamas infantiles, en qué se diferencia un producto reciclado de uno reciclable, qué papel es más ecológico, en qué consiste el consumo responsable de pescado o cómo puedo denunciar una agresión medioambiental, son algunas de las muchas cuestiones que se aclaran y resuelven en el libro. Algunas medidas En casa. Utilice lámparas de bajo consumo. Fíjese en la eficiencia de los electrodomésticos antes de comprarlos, es preferible una cocina de gas en vez de una eléctrica, aísle las paredes e instale doble ventana o cristal doble. Evite goteos en los grifos. Es preferible la ducha al baño. Lleve al punto limpio los residuos que no deben mezclarse con la basura doméstica En la despensa. Greenpeace aconseja seleccionar los alimentos que carezcan de aditivos y consumir productos de agricultura y ganadería ecológica. Elija productos duraderos cuya manufactura cuide el consumo energético y la generación de residuos. En la oficina. Utilice el papel por las dos caras y cómprelo reciclado, libre de cloro y con el sello FSC. Una vez usado llévelo al contenedor correspondiente. Si maneja productos tóxicos, solicite información sobre los posibles riesgos. Rechace los muebles fabricados con PVC y elija los elaborados con materiales naturales libres de sustancias tóxicas. En la escuela. Antes de comprar material escolar hay que comprobar si hay cosas reutilizables del curso anterior. Escriba con lápices de colores o de cera y evite los rotuladores basados en disolventes. Los centros educativos son lugares estratégicos para poner en marcha actividades de educación ambiental como auditorías escolares. En el jardín. Plante especies autóctonas y variedades locales. Evitar fertilizantes químicos y decantarse por el compostaje de restos orgánicos o de jardín. Para regar utilice sistemas eficientes como el riego por goteo. En la tienda. Antes de comprar un producto piense si realmente lo necesita. Procure adquirir aquellos de larga vida, reciclados o reutilizables. Lleve bolsa de tela o carro para transportar la compra. Evite envases de un solo uso y utilice vidrio retornable. No adquiera productos de limpieza que contengan cloro ni detergentes con fosfatos y tensoactivos químicos. Opte por pinturas y barnices al agua. Cuál es la calefacción menos nociva para el medio ambiente; sustancias tóxicas en perfumes, jabones o pijamas infantiles; en qué se diferencia un producto reciclado de uno reciclable o en qué consiste el consumo responsable de pescado son algunas de las cuestiones que se explican y desarrollan en la guía. «El 60% de los servicios que los ecosistemas ofrecen a los seres humanos se están degradando o se usan de forma insostenible»