Y radiante
CONFLICTO en casa. Serio conflicto. La nena quiere que mamá le compre braguitas tanga para el día señalado. Ya tiene un traje de tules con sus alardes de organdí que le han comprado para que parezca una princesita monegasca y ha costado un pastón delincuente de los que dejan la cara color marfil, el mismo color que han elegido para el caso y la ceremonia. Blanca y radiante irá la nena. Llevará guantes de blonda y raso que son un puro engorro y sólo sirven para que todo se le escurra de las manos como si estuvieran enjabonadas. Los zapatitos son otro palo de euros en puntera acharolada. ¿De qué son; de piel de escroto de tigre bengalí?... Quiere también llevar un casquete como muy nupcial y lleno de recamados con velo de caída hacia la nuca. Que no. Velo, no. No procede. Pues Vanesa bien que lo llevó el año pasado; sois unos agarraos; parece mentira. Ya han contratado el reportaje fotográfico del evento (odiosa palabrita; la han aprendido anteayer y la sueltan a cada paso como si estuvieran en un programa braguetero de la tele rosa) y les ha parecido un atraco de tropecientas mil sin anestesia (es que lleva también un deuvedé). ¿No te parece ya suficiente el enjambre de cámaras y grabadoras de vídeo que habrá en la ceremonia? Sí, pero yo quiero un álbum para enseñarlo después a las amigas y que rabien. En cuanto al leñazo que anuncia el restaurante donde se celebrará el banquete de menú consabido es de los que dejan coja y tambaleada una cuenta corriente para tres o cuatro años (de hecho, papá ha tenido que gestionar un crédito para el caso y a saber cómo se pondrá de sulfurado cuando se entere de que mamá ha pedido otro a escondidas, uno de esos automáticos que anuncian en los programas de la mañana que ven sólo paisanas). Esta nena nos va a costar una ruina; pero ¿cómo puede costar tanto esta chorrada? Esto es lo que no deja de mascullar el padre todos estos días que son vísperas del gran desuello de sus ahorros. Sin embargo, en cuanto a las braguitas tanga, la mamá ha dicho que tururú, que nanainas, que a dónde vas tú a parar, qué te has creído. Pues una Grace Kelly es lo que se cree, ha dicho el papá con toda la cizaña; si no viérais tantas revistas y tanto escaparate... Y la mamá, ensayando un lagrimón, dijo que no se hace una primera comunión todos los días.