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De León al Everest | Diario de una aventura

«Mis opciones están intactas»

El escalador leonés reflexiona en el campo base sobre la «utilidad» de los aventureros y concluye que «dejamos de ser locos cuando logramos un éxito»

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León

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Sigo en el campo base a la espera del cambio del tiempo para seguir trabajando en la montaña. Según los partes meteorológicos, el próximo día 2 cambia el tiempo para bien. A primera vista, parece cómodo lo de permanecer en el campo base, pero es todo lo contrario. Cada día que no escalo y trabajo en el Everest, es tarea que me queda aplazada; el tiempo se echa encima y no hay que entretenerse. Esto me obliga a forzar un poco más. El día 2 subiré directamente al campo II a 6.500m. De esta manera gano un día. Al día siguiente escalaré la vertical pared de hielo que lleva al campo III. Esta es posiblemente, junto al escalón Hillary, la mayor inclinación del Everest.No hay nieve, es todo hielo azul. Allí equiparé por completo el campo III (7.300 m). Si paso buena noche, continuaré hacia el campo IV, pero no llegaré; haré un depósito hasta donde vea oportuno, no puedo agotarme, pues tengo que reservar energías para el ataque final. Ese mismo día bajaré al campo II. Mi sherpa continuaráhasta el campo IV y dejará la tienda instalada. Aquí en el campo base reflexiono: Primero ¿Por qué estamos los que estamos aquí? Todos los que estamos aquí tenemos el mismo derecho a escalar la montaña más alta del mundo, pero, más de la mitad es gente inexperta que no tiene ni la mas mínima idea de lo que esta montaña exige, y de las consecuencias de no estar a la altura. Otros vienen engañados por las expediciones comerciales que cobran 60.000 euros, más los sherpas, pero en definitiva, muy pocos serán los que subirán. Segundo: ¿Nos jugamos la vida?. Pues es cierto que sí, pero también es más cierto que si se viene entrenado, con mucha experiencia a las espaldas, con muchas otras grandes montañas escaladas, incluido algún ochomil más, y sobre todo, se sabe sufrir, y valorar todas las opciones y peligros que se sucederán, el riesgo de perder la vida desde mi punto de vista es mínimo o nulo. No hay que dramatizar más de la cuenta el alpinismo de alto nivel. Tercero: ¿Qué esperamos obtener?. Muchos la gloria, otros el reconocimiento, otros ser famosos, otros coleccionar ochomiles , pero muchos simplemente queremos escalar la montaña de las montañas por puro y definitivo placer. El placer de escalar el Everest. ¡Sí!, el Everest es mágico, y es la culminación de un alpinista, que como en mi caso he dedicado la vida, mi tiempo libre, mi dinero. Todo absolutamente todo por escalar estas magníficas montañas. Ahora estoy en el Everest. Es, sin duda mi sueño, y además tengo todas las opciones intactas. Esta cima es la cima de las cimas y lucharé hasta conseguirlo. Cuarto: ¿Somos necesarios los alpinistas en esta sociedad tan productiva y compleja. ¿qué aportamos?. Simplemente los aventureros somos necesarios. A lo largo de la historia sin los llamados locos o aventureros no conoceríamos el mundo como es. Cumplimos un papel fundamental en la evolución de los seres humanos. Siempre perdemos más que ganamos, pero cuando el éxito es significativo, como escalar el Everest, a todos nos apetece compartirlo. Con la gloria en la mano ya no seremos locos, seremos respetados y queridos, pues a cualquier leonés le gustará que un paisano haya subido al Everest. Hasta pronto.