Diario de León

La falta de comunicación empuja a muchos cónyuges a engancharse a los chat o a los videojuegos

La adicción al ordenador ya es una de las principales causas de divorcio

Los psicólogos constatan un aumento de las rupturas por culpa de Internet

Publicado por
A. Mahía - redacción
León

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Internet o los videojuegos tienen mucho que ver en las discusiones, infidelidades, flirteos y demás arrechuchos de la vida conyugal de nuestros días. Cada vez son más los casados y las casadas que dimiten de sus deberes filiales y maritales por culpa de los chat, de las consolas o de cualquier otro aparato tecnológico. Lo constatan los mediadores familiares, que de unos años para aquí se vienen encontrando con un aumento de hombres y mujeres que ponen a su pareja como hoja de perejil por el «dichoso» Internet o la «maldita» PlayStation, adicciones que pueden acabar agriando el carácter de los cónyuges hasta que la relación se envenene y muera. La psicóloga Oralice Silva, de la clínica Gapsi, de Vilagarcía, destripa el problema. La experta, que se ha encontrado con varias parejas rotas por estos motivos, no tiene la más mínima duda de que cuando un hombre se la pega a su pareja para irse con otra que conoció en un chat, por ejemplo, «es que algo falló antes, es que hay un vacío en la pareja, una falta de comunicación que provoca un distanciamiento». Y cuando esto sucede, «una de las partes busca en cualquier lu-gar», ya puede ser en Internet, videoconsolas o incluso en la televisión, «una compañía que no le da el matrimonio. Primero viene el aislamiento y después aparece la adicción». La falta de comunicación El abogado coruñés Marcos Pascual opina lo mismo y añade que «la falta de comunicación o el aburrimiento empujan a explorar nuevos horizontes al margen de la pareja». Según el psicólogo y especialista en terapia familiar Luis Garrido del Valle, también hay hombres y mujeres que pasan noches enteras jugando con el ordenador «con el fin de evadirse de un problema, ya sea económico, laboral o marital». Esto no se debe a que el cónyuge quiera cambiar de mujer o de hombre, «es que simplemente quieren aislarse, estar solos y, sobre todo, no pensar. Eso, casi siempre, ter-mina en ruptura», asegura este especialista.

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