La recompensa llegará pronto

Sigo en el campo base a la espera de que cambie el tiempo. Me siento atrapado en un campo base, en el que casi no sucede nada excepto la tensión que genera el mirar todos los días al cielo y ver que no cambia. Hoy han caído unos 25 centímetros de nieve en el campo base y 70 en el campo II. En el campo III, según nos han informado por radio, la nevada ha sido espectacular y se han acumulado mas de un metro de nieve en polvo. Los pocos escaladores que se encontraban en este campo han intentado bajar al campo II, pero al rescatar las cuerdas fijas debajo de ese gran manto de nieve provocaron un alud de placa, y se ha desprendido una gran avalancha de nieve. Los partes meteorológicos indicaban claramente que venía un empeoramiento, pero no quisieron estos montañeros hacer caso y ahora se encuentran atrapados en el campo III. La borrasca era mayor de lo que se esperaba, y ahora los nuevos partes indican que por lo menos hasta el próximo jueves no remitirá. Esto cambia mis planes y yo intentaré subir al campo II directamente el día 2 martes y esperar en este campo al cambio del tiempo. Pero si la nieve sigue cayendo muy fuerte, permaneceré en el campo base hasta el próximo jueves. Ahora el tiempo sí se me está echando encima y tengo que instalar urgentemente el campo IV. Espero que el próximo fin de semana lo tenga listo. Sólo me queda esperar una ventana de buen tiempo lo suficientemente amplia para ascender a la cima que sería en torno al día 17 o 18 de mayo. Pero todo depende el dichoso cambio del tiempo para bien. Aquí, en el campo base todo sigue igual, y el entretenimiento extra que tenemos es contar el numero de avalanchas de nieve de las montañas vecinas. Un mallorquín ha tenido que darse la vuelta y regresar a Katmandú por principio de edema pulmonar, y también hay que destacar la muerte de un canadiense de 72 años que pretendía ascender al Everest, y que murió precisamente de edema pulmonar. Muchas personas no quieren atender las señales que indica el cuerpo para darse la vuelta y estas son las trágicas consecuencias. También estuvo perdido un sherpa, pero al final lo encontraron, aunque se pensó que había desaparecido en las grietas tapadas por la copiosa nevada. Todo el campamento se puso en su búsqueda con final feliz. Hay que esperar al menos dos días, cuando finalicen estas intensas nevadas. Así son estas montañas y hay que aceptar las cosas tal y como vienen. Hay que tener calma y paciencia, pues estoy seguro que la recompensa llegará pronto. Las temperaturas también han caido exageradamente, llegando a los -22ºC en el campo base y a los -29ºC en el campo II, pero la sensación térmica es mucho más baja, pues el viento es otra constante diaria, siendo la sensación térmica a la piel en el campo III de -39ºC. Aparte de esta cronología diaria, deciros que mi moral y fuerzas están intactas. La aventura continúa... Es momento de despedirme hasta la próxima crónica, que espero sea a la vuelta de instalar el campo IV. Si es así, ya tendría muchas más opciones de cima, y la aclimatación terminada, y sólo estaría a la espera del ataque final. Gracias, una vez más, a mis lectores por permanecer fieles a estas crónicas desde el Himalaya. Hoy quiero dedicarle un saludo a mis amigos los Jesuses, de Valladolid, que tanto me apoyan, a mi querido amigo Javier, que me envía unos valiosimos partes meteorológicos, además de ánimos; a José Antonio, mi buen amigo; a Javier Nuevo y también a todas las instituciones y privados que me ayudaron a financiar este proyecto.