La alopecia masculina puede ser origen de desórdenes psicológicos

Un grupo formado por psicólogos y dermatólogos internacionales ha dado a conocer las principales conclusiones de un estudio europeo, en el que se analiza los «efectos psicológicos asociados a la alopecia masculina». El estudio ha sido realizado por la empresa Gallup y patrocinado por los laboratorios Merck Sharp & Dome (MSD).  Los hombres europeos que padecen alopecia asocian este hecho con sentimientos negativos que afectan al estado de ánimo.  «A pesar del alto nivel de preocupación entre los hombres, es significativo que sean muy pocos los que deciden tomar medidas para solucionar la alopecia. Esto se debe básicamente a la creencia común de que la alopecia es un problema genético que carece de soluciones cuando en realidad existen tratamientos eficaces», afirma el doctor Sánchez Viera, adjunto al Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Tratamientos eficaces Durante el día pueden caer entre 50 y 150 cabellos, dependiendo de la persona y de diferentes factores internos y externos como los comentados. Si la caída aumenta con respecto a lo que uno está habituado y esto se alarga en el tiempo, debemos alarmarnos, buscar la causa e intentar eliminarla. Esto hoy en día y debido a los grandes avances obtenidos en la medicina capilar puede conseguirse -evitar la caída y facilitar la regeneración- de forma total en una mayoría de casos, siendo posible en otros únicamente ralentizar el proceso. Existe tratamiento, que es por lo general largo y necesita de la participación total del paciente de forma continuada. La alopecia androgenética es el tipo de caída de cabello más frecuente en el hombre; el 50%-60% de los hombres de 50 años padecen alopecia androgenética, aunque en la mujer está aumentando su incidencia que ya está por encima del 30%. La herencia y las hormonas masculinas desempeñan un papel fundamental en este tipo de alopecia, siendo la DHT (dihidrotestosterona) la hormona masculina responsable final de la caída, al actuar sobre un receptor específico que es «lo que se hereda». El uso de sombreros, cascos o gorras no influye en absoluto en la aparición de la calvicie. Trasplante En cuanto al trasplante conviene facilitar algunos datos orientativos dado el gran interés que despiertan los últimos avances técnicos en éste campo. Lo primero que debe hacerse antes de realizar un trasplante es buscar la causa de la caída, y ponerle remedio si es posible. Hoy día existen tratamientos médicos totalmente efectivos para la mayoría de las patologías. De esa manera podría conservar y mejorar el pelo que aun tiene (incluso ganar algo) y dejar el trasplante o bien hacerlo acompañando y complementando al tratamiento médico. Las ventajas son muchas: pelo de uno mismo donde antes no lo había, sin rechazos y para siempre. Inconvenientes: bien realizado ninguno. Raramente se presenta hinchazón o dolor, pero debe realizarse siempre en Clínicas Médicas en las que sea un médico especialista el que vea al paciente, haga la historia médica y la exploración pertinente y, por supuesto, le opere. La anestesia ha de ser local, sin necesidad de ingreso y en una sola sesión. El coste variará dependiendo de la técnica utilizada y de la extensión de la calvicie. No hay una edad mínima para realizar el trasplante, pero conviene no precipitarse para poder valorar adecuadamente la posible evolución del paciente en cuanto a lo que pudiera ser su futura caída. Cada caso es diferente e intervienen muchos factores: si ya está estabilizada la caída, cual es su causa, posibilidades de pérdida de zona donante. Se recomienda (hay numerosas teorías) no hacerla antes de los 23-25 años, aunque depende del caso. Hay pacientes que necesitan una sola operación (que se hace en un solo día o sesión) y otros por su gran calvicie pueden necesitar más de una operación, que se realizará tiempo después, cuando sea necesario (pero cada una en una sola sesión, en el mismo día).