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Publicado por
FRANCESC DE P. BURGUERA
León

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«ZAPATERO no quiere a Madrid». Es la queja lanzada por doña Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad Autónoma madrileña. No quiere a Madrid porque es del Barça. Por eso quiere más a Cataluña. Y la señora Aguirre denuncia que el Gobierno socialista discrimina a su Comunidad. Según dice, el Gobierno central le debe 3.100 millones a Madrid en Educación y Sanidad. Imagino que esa deuda no se habrá generado durante el año que Zapatero lleva al frente del Gobierno. Que alguna responsabilidad tendrá el Gobierno de Aznar en no atender el pago de esa deuda que, según Aguirre, ocasiona una «asfixia económica» al ejecutivo que ella preside. En todo caso, Madrid comunidad contribuye al erario público del Estado, con sus impuestos, tanto o más que Cataluña. Y la diferencia entre lo que aporta y lo que recibe en inversiones, posiblemente sea parecida o mayor que la de Cataluña. La señora presidenta tiene suficientes motivos para pedir la reducción de esa diferencia fijándola en una cantidad que permita atender, en lo sucesivo, a sus gastos en Sanidad, Educación y otros servicios, además de saldar la deuda, y poder salir de esa «asfixia económica». Es lo que pide Cataluña. La presidenta Aguirre debería hacer causa común con su homólogo, el presidente de Cataluña, para lograr reducir la contribución de sus respectivas comunidades con el fin de poder ofrecer a los ciudadanos madrileños mejores servicios en Sanidad y Educación, y otros sectores, sin tener que endeudarse en espera a que el Gobierno les facilite los fondos necesarios para pagar la deuda. No basta con quejarse y hacer victimismo. Hay que ofrecer soluciones. Si los madrileños, con los impuestos que aportan al Gobierno central, se quedan sin recursos para atender sus necesidades, negóciese que una parte de los mismos se queden en la caja de la Comunidad para cubrir esas atenciones. Teniendo en cuenta que todavía quedará una cantidad importante para contribuir al erario común del Estado para fines de solidaridad. Claro que para eso hay que actuar con mentalidad de presidenta de una Comunidad Autónoma, responsable del bienestar de sus ciudadanos, y no con mentalidad de Gobernador civil a la antigua usanza.